[Padre Raymundo Portelli, médico egresado de la UNAP]

PADRE RAYMUNDO PORTELLI.
PADRE RAYMUNDO PORTELLI.

El aniversario de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) tuvo muchos momentos emotivos, sobre todo el día de la premiación a los investigadores y la comunidad científica. Hubo enseñanzas y discursos sentidos, reflexivos, críticos, etc. Una de las participaciones más recordadas fue la del padre Raymundo Portelli quien como egresado de la Facultad de Medicina Humana tuvo palabras de agradecimiento para su alma máter.

Recordó los muchos trámites documentarios que realizó para poder postular, ingresar y luego estudiar una carrera universitaria en la UNAP, pues le pidieron un certificado de estudios donde figurara el curso de Historia del Perú que no había aprendido en su Malta natal, y tuvo que matricularse en la institución educativa Mariscal Óscar R. Benavides donde aprendió, dio un examen y le dieron un certificado, y está agradecido de ello porque ahora “conozco más de este maravilloso país y me sirve de mucho” dijo.

Recuerda que en determinados momentos le dieron ganas de renunciar a su deseo de estudiar medicina, pero fue perseverante y luego se dio cuenta que los obstáculos que le ponían fortalecieron sus conocimientos, “los obstáculos que te ponen las autoridades no son para destruirte, son para fortalecerte”. Tuvo unas palabras especiales para sus maestros: “Tuve muy buenos maestros y muy pocos fueron irresponsables, pero de ellos también aprendí al decirme a mí mismo que no quiero ser como ellos; a la mayoría hasta el día de hoy los saludo en la calle y les digo maestro o profesor; no solo me enseñaron la ciencia sino el gusto de aprender, leer, investigar, de seguir creciendo a nivel académico”.

También agradeció a sus compañeros de estudios “tuve grandes amigos, me tuvieron paciencia, se esforzaron en ayudarme a entender y dominar el curso de Anatomía. Recuerdo a compañeros que venían y me explicaban en la parroquia hasta la madrugada, se quedaban enseñándome, y me alegro que muchos de ellos son superprofesionales, trabajan en Iquitos como especialistas; solo me arrepiento de no haber sido yo un mejor amigo, pude haberles dado más tiempo, participar más en la vida social, pude haber leído más, investigado más, a pesar de mis pequeñas limitaciones, doy gracias a Dios por todo, y puedo decir soy egresado y exalumno de la UNAP, mi alma máter”.