ESCRIBE: Jaime A. Vásquez Valcárcel

Lo contó medio en serio y bien en broma Guillermo Niño de Guzmán en el HAY FSTIVAL de Arequipa 2024. Cuando se publicó «Cien años de soledad» en Argentina y ante el éxito de ventas y el deslumbramiento de su temática no faltaron quienes intentaron llevar al cine el argumento. Gabriel García Márquez siempre tuvo claro que su obra era para leerse. No para verse. Como para poner una barrera a los que intentaran proponer la filmación había deslizado el murmullo que los derechos de autor valían un millón de dólares para quien emprendiera la tarea fílmica. Enterado Anthony Quinn de las pretensiones monetarias de Gabo, se propuso juntar esa cantidad. Una vez acumulada la cifra se acercó al colombiano y le lanzó la propuesta. Recibió como respuesta que ya no era un millón de dólares, sino dos. El actor regresó con el millón de dólares en el hombro. Gabo, en vida, nunca permitió que alguien llevara al cine su obra con argumentos que iban desde los más serios hasta los más risibles.

Netflix anunció en octubre pasado que la serie basada en «Cien años de soledad» se estrenará el 11 de diciembre. Ha tomado más de cinco años producirla, dividida en dos partes con ocho capítulos en total. No se sabe, y talvez nunca se sepa, cuánto ha pagado la empresa de ‘streaming’ por los derechos de autor. Lo que sí se sabe es que ganará muchos más millones de dólares de los que se desembolsó.

Fue el mismo Niño de Guzmán quien contó que cuando se le preguntó a Gabo por qué había aumentado las pretensiones económicas ante la propuesta de Quinn soltó esta explicación a manera de pregunta: «¿Se imaginan a Aureliano Buendía con el rostro de Anthony Quinn?». Lo decía, seguro, para desestimar una propuesta de alguien cuya fortuna era superior a los 20 millones de dólares y que estaba dispuesto a llevar a la pantalla una vida como la de Aureliano Buendía con la que intentaba aumentar su fama y, también, su fortuna. Sin sospechar que fama y fortuna no eran motivos para convencer a Gabo. Aunque ya se ve que, a sus herederos, Rodrigo y Gonzalo, sí les interesa lograr más fortuna con la fama de su padre.

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