En un lugar remoto de la frontera amazónica, allá donde nadie llega en meses, se realizará la feria navideña del año 2015. Ese fue el único lugar que se pudo elegir luego de los intensos debates entre las autoridades y los diferentes vendedores. Como es sabido, la calle Próspero y la plaza 28 de Julio fueron vetados como sitios de venta. Nadie podía entonces invadir esos lugares para crear el desorden y hasta auspiciar posibles incidentes que lamentar. En relevo de esos lugares las autoridades ofrecieron varios sitios ubicados en diferentes partes de la ciudad como una parte del aeropuerto viejo, el campo del José Pardo, alguna otra cancha y otros sitios.
Era una oferta sensata y las mismas autoridades prometieron apoyar a los vendedores para que consigan clientes y ganen sus billetes. Los vendedores no aceptaron las propuestas y se armó una discusión sin salida ni armisticio. Durante semanas los dimes y diretes, los cruces de palabras, las declaraciones subidas de tono y otras muestras de intolerancia, invadieron la ciudad, hasta que las autoridades decidieron elegir un lugar lejano y sin retorno. Era una opción forzada para acabar con el caos de todos los años debido a la feria navideña. No hubo ni desvío ni marcha atrás en la decisión de dotar de un lugar definitivo a la feria navideña.
La remota frontera tuvo que convertirse en el único y último lugar de ese evento bajo amenaza de despido si no se aceptaban las condiciones impuestas. Los vendedores tuvieron que dar su brazo a torcer ya que les dijeron que se iban a dotar de medios de transporte permanente para que el público arribara hasta esa lejanía a hacer sus compras. Pese a la distancia se espera que las ventas navideñas sean satisfactorias para los diferentes vendedores que ahora tienen que desplazarse hasta la frontera para realizar sus ventas.