Desde hace días,  helicópteros artillados, cuadrillas de rescate, voluntarios de última hora, bomberos experimentados, guías turísticos, pisteros de varios caminos, perros rastreadores y otros expertos en búsquedas a extraviados,  recorren de arriba hacia abajo la  fortaleza de piedra conocido en todo el mundo como Machu Picchu. En uno de sus recovecos o recodos o grutas se ha extraviado el gobernador de Loreto Fernando Meléndez. Nadie sabe dónde  está ahora que ha estallado el escándalo de su viaje turístico al Cuzco con el pretexto de un convenio turístico que nunca se firmó  con nadie.

Lo único que se sabe con certeza es que ese viaje a la ciudad imperial nunca se debió realizar, puesto que no estaba autorizado por la asamblea regional. La autorización era con destino a Israel, pero el gobernador de marras violó su propia ruta y partió con rumbo al Cuzco en un itinerario de paseo personal o familiar más que en una misión oficial. Ello es un delito y podría costarle el máximo puesto, de acuerdo a la opinión de expertos locales.

Mientras los rescatistas le buscan por todas partes,  las malas lenguas dicen que Fernando Meléndez  se ha escondido para no afrontar las consecuencias de su bochornoso acto viajero. Dicen esas lenguas que el gobernador se encuentra a buen recaudo en un hotel central del Cuzco. Otras lenguas, más viperinas todavía, sostienen que el citado se encuentra en Israel firmando convenios para el mejoramiento del alcantarillado. Las demás  lenguas sostienen que la autoridad regional decidió regresar a pie desde el Cuzco hasta la fronda y que está en camino y que por eso nadie le puede encontrar. Sea como fuera, lo que cuenta es que don Fernando Meléndez  debe explicar su rumbo y su ruta hacia un lugar que no figuraba oficialmente en su itinerario personal.