[ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel].
Difícil escenario el que se le presenta al presidente electo de Loreto. Pero más que eso la forma cómo tiene que enfrentar ese escenario es lo que debe preocupar a quienes queremos que Loreto no sea una tierra donde prime el odio, desorden, mediocridad y con ello se genere un ambiente de constante confrontación. Y lo que hemos visto en las últimas semanas no hace presagiar un clima de concordia. Pero abrigamos la esperanza –como ya lo hicieron incluso políticos que ganaron la Presidencia de la República- que Fernando Meléndez sepa conducir como el cargo exige los destinos de Loreto.
Lo primero que tiene que hacer Fernando Meléndez Celis es ordenar su casa. Es decir, el MIL. Donde al parecer las cosas no están claras. Aunque es verdad que ni siquiera en la campaña lo estuvieron. Recuérdese cómo es que se decidieron la mayoría de candidatos en los distritos y provincias. Pero una cosa es enfrentar una campaña y otra, muy distinta, gobernar una región no solo compleja por su geografía sino por la gente que la habita.
Y si desde el 2005 se ha propuesto asumir la conducción de Loreto sería descabellado hacerlo mal justo cuando la mayoría de loretanos le ha entregado esa facultad. Porque cuando FMC inició el proyecto personalísimo llamado MIL muy pocos –como es natural y comprensible- le seguían en ese camino. Hoy, evidentemente, son más. Pero la política es cuestión de cantidades en un proceso electoral donde se requiere muchos votos para ganar pero es una cuestión de calidades cuando de gobernar se trata.
Y la gente más compleja está alrededor de FMC y eso va no solo acomplejar su gestión sino que provocará turbulencias donde hay bonanza. Porque ese sector mediocre, ignorante e irresponsable necesita –como los vampiros- de sangre para continuar existiendo. Como los leones necesitan de carne podrida ese sector minúsculo pero bullanguero que rodea a FMC también necesita de escándalos propios y ajenos. Si no los encuentra los crea. Es decir, sino tienen material mediático para gritar los tiene que inventar. Así ha sido siempre. Así ha sido desde que se dieron cuenta que es más rentable gritar que pensar, vociferar que convencer.
En ese escenario tiene que moverse el nuevo Presidente de la región Loreto y por eso dice una cosa en los set de televisión de Lima y una distinta en las cabinas radiales de Iquitos. Y por ello en lo que queda de tiempo para que asuma la conducción real de la región más extensa del país no se vislumbra un norte esperanzador. Por eso es necesario no solo que ordene la(su) casa sino que tenga las cosas claras de lo que será la línea maestra de su gestión. Porque una cosa es que sus opositores se alegren por su apego hacia personas que han hecho de la mediocridad y traumas un estilo de vida y otra que el destino de Loreto esté en esas manos y mentes. Y, claro, dependerá del propio FMC rodearse de capaces y no procaces.