Cómo ya hemos visto el Congreso en mayoría no va debatir el proyecto de adelanto de elecciones propuesto por Martín Vizcarra (MV) hace más de un mes. Sus voceros más estentóreos han anunciado vacancia y cárcel si cierra el Congreso por un pedido de confianza que cada día se hace más próxima. Los Aprofujimoristas pugnan por conseguir lo 87 votos que requieren para vacarlo antes y de paso intentan conseguir apoyo internacional.

Mientras tanto MV se pasea por todo el país como ayer en Tacna buscando respaldo popular para una medida que mientras más pasan las horas se hace más inminente. ¿Es populismo demagógico lo que hace el mandatario? En una manipulación mediática de las acciones de un gobernante cualquier hecho que genere su gestión y su grandilocuencia podría considerarse populismo en sí. Independientemente de la necesidad ya sea física o social.

Por ejemplo cuando se construyó la Interoceánica se habló de una necesidad de interconexión entre la Amazonía y la costa peruana que beneficiara a las regiones que la atraviesan. En ese momento no se pensaba que era neto populismo y peor aún ahora ya sabemos que en realidad justificaba la corrupción que ahora conocemos. Lo que pasa que en este tipo de decisiones de cerrar el Congreso si no hay apoyo popular, MV no tendría salida ante su orfandad política.

Pero hay otro elemento que podría abonar a coincidir con la postura del mandatario y este es que él mismo está eligiendo irse. Claro que da para la interpretación de haberse rendido o cansado ante el poder. Pero más cierto es que ante la maraña tejida políticamente en varias décadas es difícil que un gobierno abandonado hasta por sus anteriores aliados, pueda hacer algo significativo. Antes de perder los cinco años, mejor perdamos sólo tres y llevar a elecciones al país para ver si hemos aprendido algo al momento de votar.

Además, para qué nos vamos a engañar, lo otro es acceder a las fauces de los que quieren que no se sepa nada de la corrupción y apelan a poner en el mismo saco a todos y seguir sobreviviendo en la miseria moral en la que estamos adormecidos. Pensar que MV va poder conciliar algo importante para el país de cara al bicentenario es casi imposible, peor aún si en estos grupos parlamentarios hay prácticamente sólo intereses particulares o económicos.

MV se dio cuenta tarde de esta situación, tal vez su ingenuidad ante las grandes ligas, a pesar de haber sido gobernador, le hizo pensar que el camino se iba allanar según algunos acuerdos políticos. Por esta ingenuidad que ahora pagamos todos los peruanos con esta inestabilidad que se ha generado, tendrá que rendir cuentas legal y políticamente en su momento, mientras tanto tendrá que rescatar algo de coraje y proceder, sin miramientos ni cobardías, al adelanto de elecciones.

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