El ultimo antro ruidoso

La fachada de la amplia casa, ubicada entre las calles  Angel Brusco y Diego de Almagro, luce imponente y pulcra . Se podría decir que se trata de un lugar limpio, acogedor, conventual. Uno anhelaría alquilar un ambiente lejos del mundanal ajetreo diario, como si se tratara de un retiro. Pero esa imagen tan aseada y recoleta es falsa.  Ese inmueble, de apariencia tan inocente, tan ala,  es  una discoteca de rompe y raja, de líos y botellas rotas, de ruidos y atracos.  El nombre que le deshonra es “Asia”.  Nombre copiado de un lugar capitalino, y no es una diversión musical y bailable para los moradores que viven en el área de influencia de semejante antro.

Esa pobre gente, que no puede ni dormir ni salir a la calle ante los energúmenos que hacen de las suyas en ese lugar,  presentaron hace meses  un memorial firmado pidiendo al municipio de Maynas que cierre  ese lugar. La respuesta edil brilla por su ausencia. No pasa nada, no se oye, Padre, como se dice. Es decir, como en algunos otros lugares asaltados por el ruido y el malandrinaje, la comuna evade su responsabilidad.  No aplica la normatividad vigente que regula la producción de ruido y que protege los tímpanos  humanos, para evitar la sordera, la estupidez y otros males todavía no descubiertos

Es decir, tanto viaje del acalde no le sirve de nada. Porque de aprovechar esas salidas, el aludido conocería que en el distrito de Miraflores, ya lo mencionamos nosotros en pasado editorial, la multa es de 1080 nuevos soles a toda persona que no respeta los decibeles permitidos. La discoteca  “Asia” es el primer antro ruidoso que nos sale al paso, apenas en enero del presente año. Antes de todo, antes de tantas cosas, estamos otra vez ante uno de los mayores problemas que nadie puede resolver hasta ahora.