Por estos días la prensa escrita y mediática nos ha inundado noticias sobre los cincuenta años que la persona humana llegó a la luna, en medio de ese marejada informativa al citar la luna procrastiné y recordaba la canción “Es el toro enamorado de la luna”, hit en mi vida adolescente parece ser que tenía raíces en esta parte de la península. De toda la información sobre la proeza humana me llamaron la atención algunas. Se decía que se conquistó la luna, así de suave camay a mis sobrinos seguro que le sabrá esta frase a un anacronismo digno de olvidar, como se decía en mi época en Perú, ¿se conquistó, se visitó o se invadió la luna? ¿Igual sucedió cuando se encontraron con América?, ¿fue en encuentro, desencuentro, conquista, invasión? Con el pisar la luna por la especie humana está pasando un poco lo mismo. Deberíamos ser más serios y precisar mejor la situación ¿Qué diría un lunático? La estancia en el espacio para llegar a la luna fue toda una odisea, los que fueron realmente lo pasaron mal con las comidas, los mareos de los primeros días y con ciertas incomodidades hasta para ir de vientre, es la historia en letra pequeña que luego de unos años recién se conoce, no fue nada fácil. Son relatos de privaciones muy similares a los de aquellos que se encontraron con el continente americano hace siglos atrás. Recién, luego de muchos lustros, emergen historias de las muchas mujeres que trabajaron para la NASA pero que ellas fueron no ostensibles para el mundo en un planeta de hegemonía masculina ¿androcentrismo? Otro de los comentarios que me llamó la atención ha sido que a las personas que fueron se les preparó como llegar a la luna, pero se olvidaron de guiarles a como regresar a la tierra, muchos terminaron alcohólicos, divorciados, con insomnios morrocotudos entre otros males ¿igual habrá pasado cuando regresaron de América a la vieja Europa? Ellos contaban lo que habían visto y la gente les miraba extrañados ¿El dorado?, ¿El país de Jauja?, ¿El lago que en sus profundidades está el oro?, ¿El país de la canela? Mientras tanto retumba la letra de El toro enamorado de la luna “… los romeros de los montes le besan la frente”.
