El señor Antonio Pasquel Ruíz fue nombrado rector de la Universidad Científica del Perú. El nombramiento vino desde las más altas esferas cósmicas o cómicas del presente gobierno de PPK. Como es sabido,  el citado estaba preso en Guayabamba por el bochorno de hacer trata o tratos de personas y su condena era cadena perpetua más una semana haciendo labor y ayuda social. La primera medida del flamante rector fue cambiar el nombre del claustro y ponerle el sonoro y ejecutivo nombre de Upi como reinvención o una reivindicación de un nombre y un destino.

Luego, en aras  de la simple veleidad, volvió a cambiar el nombre de ese antro y le puso el de Unap. El señor rector no estaba muy cómodo que digamos en su nuevo puesto y quiso dedicarse a la labor de portero, bibliotecario o simple barredor, pero la ley que le designó estaba firmada por la máxima autoridad nacional y nada pudo hacer. Lo único que le quedaba era seguir siendo rector. Y siguió dirigiendo el rumbo de esa casa de estudios que cada vez era cuestionada por el antiguo rector Juan Saldaña Rojas. El mismo acusaba a Pasquel de proxeneta, tratante de blancas, lavador de dinero, fumón esquinero, delincuente de rueda libre, homosexual militante y tantas otras procacidades indignas de un aprista convicto e inconfeso. El señor Saldaña había contratado los servicios de una radio de alcance nacional para seguir con su cruzada.

El señor rector Antonio Pasquel no pudo enmendar su conducta de siempre y fue encontrado en el baño dando rienda suelta a sus bajos instintos      que era el vicio solidario o solitario. La policía le detuvo justo en el momento en que se disponía a partir al Africa. Ahora don Antonio Pasquel Ruíz ha dejado de ser rector y se gana la vida haciendo trabajos de carpintería en la cárcel de Sing Sing.