El sendero que no queremos

Escribe: José Rodríguez Siguas

Se creía que con la captura de “Artemio”, Sendero Luminoso estaría acabado, pero resulta que aún quedan rezagos que están poniendo en jaque a este gobierno, pues la fallida “Operación Libertad” y el último ataque en la localidad de Mazángaro, en el distrito de Pangoa, Satipo, Junín con un saldo de cinco muertos (los cinco jóvenes formaban parte del Servicio Militar Voluntario) dejan mal parado a este gobierno.

Según informes periodísticos, durante el segundo gobierno de Alan García no hubo la predisposición para acabar con los remanentes de Sendero, al contrario, parece que hubo un acuerdo tácito de no agresión y se dejó “una bomba de tiempo” a este gobierno, que está cargando los pasivos de la inacción; pues más allá de la captura del terrorista “Artemio”, todavía quedan Leonardo HumánZuñiga, “Alipio”, que controla Junín; Víctor Quispe Palomino, “José”, controla la selva de Ayacucho y Huancayo; y Martín Quispe Palomino, “Gabriel”, está en La Convención.

Sendero Luminoso, que hizo su primera aparición el 17 de mayo de 1980, en la comunidad de Chuschi, Ayacucho, no debe tener ni un solo milímetro de espacio para seguir creciendo, ya que las atrocidades que cometió durante su existencia no pueden ser olvidadas, recuérdese lo de Lucanamarca, Tarata y otros tantos actos repudiables como los acontecidos en este año, que nos dan cuenta que Sendero no puede tener ninguna chance de crecer, de ahí que sus caretas como Movadef y Conare (facción de  SL metida en el Sutep, que no busca la mejoría de los maestros, sino la libertad de Abimael) no pueden tener espacios donde den a conocer su propuesta fundamental, que es una amnistía general; lo que significaría, que personajes de triste recordación de Sendero Luminoso queden libres (esto implica también la libertad de los miembros del grupo Colina y otros personajes que denigraron las fuerzas del orden).

Este 12 de setiembre se celebra los 20 años de la captura de Abimael Guzmán, justamente, uno de los culpables de los más de 60 000 muertos (el otro gran culpable de estos muertos fueron los militares y en menor cuantía la policía, para muestra están los casos de La Cantuta y Barrios Altos) busca su libertad desde el Acuerdo de Paz firmado en 1993, que fue hechura por cierto de Vladimiro Montesinos, aunque ahora su abogado Fajardo diga que la idea fue del propio Abimael, más allá de todo esto, el señor Guzmán no puede quedar en libertad, tampoco los paramilitares, los crímenes jamás se deben olvidar, jamás; las secuelas que existen hoy se deben justamente a ideas erróneas que llenaron de sangre el país, y lo más penoso es ver a jóvenes movilizándose y reclamando la libertad de Abimael, esto es penoso, revisemos un poquito la historia.

Los medios tienen la gran responsabilidad de que los hechos provocados por Sendero no se olviden, para que no se repita la historia, que el país ya ha sufrido bastante en su vida republicana, y aún antes, de eso no nos olvidemos.

3 COMENTARIOS

  1. Amigo jose, me extrana mucho tu forma de hablar, pues en la unap te conocimos como camarada, ya te alienaste. Creo que quieres esconderte de tus origenes que desepcion.

  2. Muy bueno colega , tus lineas aqui escritas, por eso es importante la funciòn del Docente de guiar a nuestros alumnos hacer mejores personas .

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