ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
Han muerto diez niños. Pero solo uno es por la bacteria. En la región Loreto están los mayores índices de atención precaria en salud de todo el país y eso que el país es una precariedad. El Ministerio de Salud a regañadientes ha decidido transferir más de 200 millones de soles al Gobierno Regional de Loreto para la construcción de un hospital nuevo donde –sin duda- la gente continuará muriéndose. Y como si la ceguera se hubiera instalado en los ojos de todos no queremos darnos cuenta que el problema no el Fernando Meléndez Celis y toda su familia política y partidaria que gobierna mediocremente la región. El problema no es otra cosa que el centralismo que lo perturba todo. Los niños se seguirán muriendo. Las autoridades regionales seguirán soplando al viento.
¿Saben cuál es el problema del sector salud en estos momentos? La pugna evidente entre Jorge Sibina y Carlos Coral. Y deben irse los dos. Y quien debe mandarlos a su casa es Fernando Meléndez Celis. El problema es que el llamado flaco no manda ni en su casa, a la administración regional me refiero. Y las muertes de infantes nos ha puesto contra la pared a nivel nacional. Pero igual o peor situación se vive en los demás sectores. Tomen uno de ellos al azar. Por ejemplo, la DIRCETURA. Hay que decirlo con todas sus letras. Allí se ha instalado la mediocridad que tiene origen ancashino, para variar. Y este Gorel no tendrá una política de turismo. Así de fácil. Porque allí están más preocupados en cuánto los abonan a fin de mes por ser asesores de todo y de nada antes que en buscar mecanismos para transformar a la región en un destino agradable para los oriundos y los foráneos.
Tan perjudicial son los que creen que la gestión anterior es el origen de la mayoría de males como quienes creen que la actual gestión desaparecerá los problemas de Loreto. Ni lo uno ni lo otro. Tenemos que emprender una lucha contra el centralismo, excluyendo a aquellos que de la boca para afuera dicen luchar contra ello con la única finalidad de dar un paseíto por Lima con gastos solventados no por el oro negro sino por el dinero del mismo color.
Y dejemos ya de ver lo anecdótico para fijarnos en lo sustancial. Por ello esos consejeros que piden una sesión para conocer el problema del sector Salud deben saber que la mayoría de ellos desde que renunciaron a la dignidad que el cargo los exige más que la solución son el problema mismo. Ellos, como esos niños lamentablemente fallecidos, son parte de la estadística. Con la diferencia que la muerte de los infantes debe servir para evitar futuros casos mientras que esos consejeros ni siquiera para mal ejemplo sirven.