EL PORVENIR CLAUSURADO  

En cualquier parte del mundo, hasta en Quimbambas o en la casa de la suegra, los adioses son muy tristes. Demasiado tristes. Sobre todo si no hay pasaje de regreso ni viáticos para el gasto corriente o andante. Eso ocurrió en nuestra ciudad, donde parecía que reinaba la estabilidad laboral, cuando algo así como 500 personas fueron sacadas de sus puestos de trabajo, convertidos en desocupados, el terrible flagelo que asalta la vieja Europa. La entidad de las despedidas, que son más tristes que nunca jamás, fue la Municipalidad de Maynas que debería contratar más servidores en realidad. Pues falta gente para ayudar, escoba en mano, a limpiar las calles, vigilar en la noche y controlar las motos de los ludópatas. Entre otros servicios para beneficio del ciudadano (a). Pero no hay nada que hacer porque, no hay dinero en caja.

El temible MEF, que no es el nombre de una discoteca de moda sino el de los duros muchachos del billete nacional, debe tener una moneda con su cara y su cruz, un huachito de la suerte o una baraja letal, para elegir a la entidad perjudicada con el corte del chorro de dinero. En ese juego de azar fue elegida la casa consistorial maynense como única víctima de esa vieja modalidad de secar el chorro. Los gobiernos, más tarde o más temprano, ordenan recortes porque nunca hay plata. De otra manera no se explica que otras instituciones que gozan de la marmaja del canon y sobre canon no hayan sido afectadas. La plata llega sola a esos lugares. Como todos los meses. ¿Qué sucedió para esa discriminación contra la gestión de la alcaldesa? ¿O se vienen más despidos en esta ciudad, esta región?

Entonces la tristeza más honda reinará, de aquí a poco, entre nosotros. Entonces, adiós al futuro diferente o no. Adiós a tantas cosas, a gastos, a mejoras, a gollerías. Adiós, sobre todo, a los largos feriados de todas las semanas, del jueves al domingo.