El atentado terrorista en Francia hace unos meses hizo emerger a la Europa más intolerante, colonial (¿imperial?) y con pocas ganas de entender que es lo que está pasando fuera de sus territorios, allá en ultramar. Se dictaron leyes para endurecer las penas para aquellos que se integren a esa gavilla que siembran el terror o que se incorporen por voluntad propia al Estado islámico. Como siempre se miraron al ombligo sin vergüenza. No se dieron tiempo para pensar que es lo que está pasando porqué la radicalización no es solo allende a los mares. Era muy curioso ver en los noticieros de televisión como la toxicidad de las noticias iba ganando terreno. Todos los días te pasaban, y pasan, imágenes de los barbados y dogmáticos yihadistas, sus asesinatos, como se entrenan, su discurso de la muerte, cuáles son sus consignas, como engañan a las incautas mujeres de occidente para ganarles a su redil, a los conversos de la causa integrista. Uno decía con perplejidad desde su sillón basta ya. Den tregua que me ahogo. Pareciera ser que la consigna de los medios de comunicación, sin excepción, era difundir noticias sobre ese “eje del mal”. Mientras veía esas imágenes me preguntaba ¿Qué es lo que están tramando? Esa pregunta de sospecha la debo al jurista italiano Danilo Zolo y su libro “La justicia de los vencedores” sobre el uso y abuso que hacen ciertos países de Occidente del Derecho internacional y del Derecho internacional de los Derechos Humanos. Se advierte quien hace uso del Derecho son los vencedores de la guerra, de tufo angloamericano, sin importar que este haya violado tratados de derechos humanos y haya causado daños en la población civil. Se imponen Tribunales de Justicia como en Irak, se interpretan torticeramente las normas para exonerarse de responsabilidad. La respuesta a todas estas preguntas lo da el mismo noticiario donde da cuenta que se ha iniciado una operación militar en Yemen. Han vuelto los señores de la guerra.

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1 COMENTARIO

  1. Nunca vi en la historia de la humanidad que le den el Premio Nobel de la Paz a un individuo que cada día promueve mas guerras, por lo tanto mas muertes, mas desesperación, mas terror, mas miedo, mas orfandad, mas miseria. Tal vez desde su tumba Hitler reclame tambien ese premio.

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