El norte y Corina
Pasando Sullana se puede advertir la potencialidad en tierras que posee sólo una región del norte como es Piura. Aunque es sabido que el sector hacia Chulucanas es envidiable, es en la parte que se acerca al Pacífico como se aprecia la real dimensión de una potencialidad que se queda sólo eso. Casi al llegar al Alto, último poblado que separa las extensas tierras de las hermosas playas de este departamento, se observa lo que tal vez aún sostiene la causa del porqué estas tierras altamente productivas aún no han empezado a trabajarse.
Apostados de cerro en colina, de pampa a quebrada, cientos de martillos picotean la tierra extrayendo parte del petróleo que consume el país. Conectados con rústicas y roídas tuberías que acompañan a la pista de asfalto desgastado, estas unidades de bombeo o “luuking” como le llaman los pobladores, aún extraen el recurso que argumenta el porqué estas tierras no se dedican aún a la agricultura.
¿Por qué no se produce agricultura en estas tierras? Le pregunto a nuestro chofer que hace de guía. “No hay agua maestro”, me responde con lo que parece obvio ante nuestros ojos. Uno que otro emprendedor ha iniciado lo que parece ser una gesta en medio de los algarrobos. Bombear agua del subsuelo para los pocos predios que han sido dominados por el hombre en esta parte. El resultado es fabuloso, en pocas extensiones se puede observar una selva de limones mangos y plátanos, que sin mayor abono más que el propio trabajo, ha dado sus frutos para admiración del resto.
La solución integral sin duda pasa por la construcción de grandes reservas que transformen aun más estas tierras del norte del país. Pero la geografía no es totalmente propicia para esta empresa, más bien el trasvase del Marañón es una alternativa que parece la solución inmediata. De ser así sólo esta región tendría más tierras productivas que todo el territorio chileno, pero hay un problema: el proyecto denominado Corina que intentaba realizar esta obra de ingeniería ha sido derogada en el Congreso para el aplauso de los amazónicos.
Más que el aplauso popular ha retumbado el de los políticos y algunos Frentes que son más políticos aún y, claro, de algunos especialistas o científicos o pseudos depositarios del conocimiento global de la Amazonía agrupados en ONGs e Institutos que con su santa participación han dicho que esto traería múltiples problemas al ecosistema Amazónico. Supongo que seguir enviando aguas hacia el Atlántico y el Brasil les parece más justo con el ecosistema que con los norteños y el resto del país. Esto aunado al momento electoral cuando se inició su discusión ha sido suficiente para que este gobierno termine la discusión por el momento.
Mientras tanto el norteño, que no se caracteriza precisamente por iniciar gestas para que estas tierras se las repartan para trabajarlas, mantiene un crecimiento económico basado en otros parámetros que mantiene las aguas calmas. Para alguien que está acostumbrado a ver como la tierra y su producción es la máxima expresión del desarrollo en todo sentido, me parece un absurdo que estas grandes extensiones permanezcan desoladas. Sólo cientos de miles de algarrobos claman compañía. A los lejos se siente como el mar brama la alegría de los pasajeros afines por estos meses. Máncora, Órganos, Punta Sal, Zorritos y otros maravillosos etcéteras nos esperan y no es bueno dejarlos esperando.