EL MEJOR LUGAR PARA VIVIR
En los pasadizos de Walt Disney no son pocos los que ofrecen en pequeños envases lo que ellos llaman “el sudor de Marilyn Monroe”. Eso nadie lo cree, pero son muchos los que compran. Y es que los gringos son expertos en vender “cebo de culebra”. Y quizás en ello radica el nivel que han alcanzado en todos los ámbitos para convertirse en potencia mundial. Ese pequeño detalle encierra múltiples explicaciones. Pero hay que traer al ámbito local para darle un matiz cercano.
Con esto de la Expoamazónica que concluye hoy, ojalá no se pierda una oportunidad, nuevamente, para sabernos diferentes pero iguales en el escenario competitivo. Ya no basta decir aquello que tenemos la mayor diversidad del planeta y que nuestra naturaleza ha sido prodigiosa con el lugar que nos toca vivir. Sería caer en más de lo mismo. Hoy nos toca atrevernos. Sabernos que podemos competir. Que el desarrollo humano no tiene por qué negarse. Y que ese desarrollo depende que observemos el bosque y que no caigamos en la tala de árboles al que quieren llevarnos los mediocres de siempre.
Hay que ver nuestras potencialidades para explotarlas. Hay que analizar nuestras deficiencias para superarlas. No es tiempo, en verdad nunca lo ha sido, de los que han hecho de la calle un lugar para expresar sus miserias. Que ellos sigan en esas pequeñeces es solo la muestra que las grandes obras no están para ellos. Ya es tiempo que en todos los ámbitos separemos la paja del trigo y quienes no están capacitados para el reto simplemente que se queden donde estén. Una mirada al escenario nacional nos coloca a los loretanos en niveles nada atractivos. Pero recordemos que esa condición ha hecho de otras sociedades un impulso para llegar a los niveles en los que hoy se encuentran sin tener las riquezas que la naturaleza nos brinda. Entonces ¿qué falla? La persona, el ser humano. El día que comprendamos esto, no solo venderemos “el agua del río Amazonas” sino que alardearemos por todo el mundo que tenemos el mejor lugar para vivir, gracias a la gente.