Escribe: Percy Vílchez
En la calle Simón Bolívar, de Iquitos, ocurre un increíble hecho de incompetencia. En el habitual pésimo servicio de agua potable se agrega un caso que nos debe preocupar a todos y todas. Desde hace un año, con sus días, sus noches, sus festejos, hay una permanente fuga de agua como un espectáculo normal. El problema no ha surdido por un derrumbe de tierra, un accidente violento o un deterioro último. Ocurrió que la empresa SedaLoreto decidió instalar una válvula en esa calle para, suponemos, mejorar el servicio. Pero nadie sabe debido a qué calamidad la válvula se rompió y el agua comenzó a desperdiciarse, a perjudicar a los unos y a los otros.
Ahora mismo el chorro está allí, interrumpiendo el servicio normal, surgiendo como un torrente que inunda toda la calle y perjudicando a los vecinos de ambos sexos y de toda edad. Como es lógico suponer los pobladores afectados han acudido varias veces a la empresa citada para denunciar el hecho. Acudieron ilusionados y convencidos que la situación se iba a solucionar en cualquier momento. Pero se equivocaron. En ese plan están desde hace tanto tiempo y no pasa nada hasta el momento.
Es como si para los directivos de dicha empresa el problema no existiera. Esa indudable que esa demora impresionante revela una terrible incompetencia en el mal servicio del agua. Desgracia que venimos arrastrando desde el inicio de la instalación del agua potable. En ese entonces se sembraron tuberías para armar la red subterránea para llevar el agua a los hogares. Pero se hicieron mal los cálculos iniciales y finalmente se abandonaron para siempre las tuberías. Ese mal comienzo, al parecer, fue una marca registrada que afecta a esta hora a los iquiteños. Y ese derrame actual de la calle Simón Bolívar no es más que una confirmación de lo pésimo que nos va siempre en asuntos de agua potable.