El libro fantástico

El libro de reclamos o demandas o quejas no es un compendio de versos gaseosos, una obra fantástica ilegible o un bodrio de ciencia ficción. Es, en buena cuenta, un censo de maltratos que sufren diariamente los vecinos (as) de esta y otras plazas de los verdes pastos y pastizales. Ese ejemplar está en tantas partes, en tantos lugares, que parecería un betseller con su prosa de mercado y su argumento marketero. Pero sucede que es uno de los pocos lugares donde los ciudadanos (as) pueden manifestarse libremente. Ese libro, por lo tanto, debe ser leído y releído por los que dirigen y comandan las entidades de todo tipo. Pero no ocurre así.

El fallecido escritor Manuel Scorza decía que la Constitución Política del Perú era un libro de ciencia ficción. Algo parecido ocurre con el libro de reclamos o quejas o demandas. De nada sirven las notas o las frases de los ciudadanos (as). Un ejemplo desmesurado que no admite disculpas. En el municipio maynense, de acuerdo a un último consolidado, la basura circundante, convergente, aledaña, confluente, es la peor calamidad que se soporta en la turística Iquitos. Los reclamos tienen un buen tiempo y la basura sigue en pie como si fuera un mal eterno que viene desde la más remota prehistoria cuando todavía no se inventaba la carreta con su mula.

En buen romance lo que quiere decir es que los señores ediles de cualquier gestión no saben leer o leen y no entienden nada o les importa un cuerno los reclamos, las demandas, las quejas. Y eso no puede seguir. Antes que la basura acumulada desate alguna peste letal, los maynenses ediles tienen que hacer algo.  Consideramos que ese libro no está por las puras arvejas o garbanzos. Está para que las dignas autoridades, los mandamases y otros especímenes tomen las medidas correctivas para que los reclamos, las quejas o las demandas se extingan.