Hay algunos pequeños ejercicios que pueden ponerse en práctica, hasta volverlos un hábito, y de este modo lograr un mejor descanso, que se traducirá en un despertar más agradable. La piel lucirá más distendida, por efecto de la relajación de los músculos y la columna vertebral.
Una actividad fácil de realizar, es sentarse en el suelo e intentar levantar un pañuelo del suelo con los dedos de uno y otro pie. Se consigue así una mayor elongación. Luego hay que sentarse colocando las rodillas sobre el pecho, abrazando las piernas. Moviendo el cuerpo hacía atrás, adelante y a los lados, se estará masajeando la columna.
Para terminar, recostarse boca arriba, con la cabeza apoyada en el suelo y las piernas sobre una pared. En primer lugar flexionar una y otra pierna y luego balancear el cuerpo a un lado y el otro, con las rodillas sobre el pecho. De este modo, se logra un mejor y más placentero sueño.
