El señor Hugo Flores dejó de intentar la ganancia del gobierno regional loretano, se sacudió del polvo de los años e impulsado por las bases de las tabernas y los puertos decidió postular a la presidencia de la república del Perú y sereno. Pese a la pobreza de recursos, a la falta de apoyo de los empresarios, a la desidia  de sus mismos partidarios y otros factores en contra,  el citado ha iniciado su campaña promoviendo el uso y el abuso de la cueriza para mejorar las cosas. De acuerdo a su plan de gobierno una buena paliza hará que los estudiantes se dejen de relajos, de vacanerías y se dediquen a estudiar de verás.

El está decididamente  en contra de los dispositivos que protegen a los estudiantes ya que considera que una sólida y bien dada cueriza les pondría en vereda para siempre. La cueriza como recurso último es muy importante porque hará cambiar a las personas de toda condición, sostuvo en una entrevista accidentada que le hicimos hace poco. Muy suelto de huesos nos dijo que los delincuentes dejarían sus fechorías si es que se enfrentarían a los estragos de una buena cueriza. Las cárceles no serían usinas desde donde salen los planes de asalto sino lugares donde la cueriza se implantaría noche y día. Los señores presos tendrán que rendirse y aceptar el destino que les imponen las autoridades.

La temible y terrible corrupción se acabaría de una sola cueriza. Ninguno de los que tienen garras largas soportaría la furia de unos azotes y de todas maneras dejará a un  lado sus delitos. En poco tiempo ese flagelo dejara de ser una pesadilla para los pobres peruanos. La salvadora cueriza,  inclusive,  servirá para enderezar a los peloteros que siempre juegan bonito y siempre pierden. En conclusión, todos los inconvenientes de la patria serán solucionados por una soberbia y bien dada paliza.