En estas crisis globales o mundialistas habría que tener en cuenta los mares de fondo con que chocamos o donde nos metemos sin darnos cuenta, es la recomendación de la periodista y activista Naomi Klein, luego de leer “La doctrina del shock”. En plena crisis de COVID- 19 ha emergido la noticia aquí en España, por una testigo clave, el pago de un soborno hecho por el rey emérito, la friolera suma de cien millones de euros ¿? La monarquía día a día es exigida a cumplir unos mínimos de legitimidad, pero con casos como estos lo único que ha hecho es ahondar una crisis mayor. Asombra profundamente el cinismo en los medios de comunicación ante este acto de corrupción. De otro lado, han decretado el confinamiento a la ciudadanía y esta con gran esfuerzo, a pesar de algunos díscolos, lo están cumpliendo. Un empresario textil, de los más millonarios del país y del mundo, ha anunciado un despido de 27,000 personas, así de fácil. La empatía en estas decisiones es casi nula en tiempos del virus. Los rumores y las noticias como ha ido la evolución de esta pandemia han llevado a cierto desabastecimiento en algunos supermercados, las personas compran compulsivamente y sin freno. Detrás de un baño de cultura sale el hombre de las cavernas que llevamos dentro, primero yo y mi clan, el resto importa poco. En situaciones como esta uno comprende mejor al ser humano al contemplar su miseria. Por internet están especulando, en algunos sitios, donde venden enseres del día a día a precios exorbitantes. Lo paradójico de todo esto es que los políticos, con sus decisiones, han dejado muy vulnerable a la Sanidad pública que en crisis como esta es donde afloran esas limitaciones. Sigo con la febrícula y aguantando.

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