En una imagen improbable del futuro, el alcalde Hermógenes Flores deambula por las calles beleninas con una serpiente de plástico enroscada a su cuello y cargando un enorme baúl de los tiempos del caucho. Cada cierto tiempo, se detiene en seco, se seca el sudor de la frente y vocifera ofreciendo a precio rebajado alguna chuchería que vende en sus andanzas a la intemperie. Es entonces uno de los tantos vendedores informales que quedó luego de lo que ocurrió en el 2013. En aquel tiempo, don Hermógenes era líder de un colectivo que tenía el motor malogrado y, como quería reelegirse a toda costa, se empecinó en ganar algunos votos más apoyando, contra toda razón o argumento, a los ambulantes que tomaban pascualmente algunas calles de Próspero.
El mismo puso su puesto de venta en la esquina de Gálvez con Próspero para expender a precios ocasionales deliciosas frituras, frutas de estación y tamales. Así se burló de todo el mundo que se oponía a su bochornoso papel de promotor de la venta informal, de auspiciador del caos urbano. Y todavía daba fiado a cualquier hijo de vecino, no cobraba las deudas a fin de mes y hacia bingos callejeros para entretener a sus clientes. El negocio de defender lo indefendible parecía rendir sus frutos. Pero pasadas las fiestas de fin de año don Hermógenes siguió vendiendo lo mismo. Después aumentó su negocio con productos de pan llevar y traer. Y, finalmente, se hizo vendedor andante de verdad, ambulante a tiempo completo. Para poder parar la olla.
En realidad, el señor Hermógenes estaba arruinado. No fue reelegido como anheló a la hora de apoyar a los vendedores de Próspero ese 2013. Porque los moradores de la destruida calle Venecia, arteria que el aludido prometió arreglar algún día, le hicieron una brutal contra campaña. En la imagen del mañana el alcalde ambulatorio no se detiene. Anda a pie sin tregua con su serpiente artificial y su baúl antiguo. Su vida ha cambiado tanto. Es un modesto vendedor callejero que apenas hace para el diario. Y todo por pretender manipular a los votantes del comercio ambulatorio.
Estimado escriba,Hermogenes,Iván,Juanito tu pata,Pancho el ex-pollero y la sñora que funge de alcaldesa;todos son cortados con la misma tijera,todos nos venden cebo de mantona,son cachupines de la politica.
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