La carta inesperada del alcalde

En forma sorpresiva, inusitada,  el actual burgomaestre de Maynas, don Charles Zevallos Eizaguirre, nos ha remitido una carta inesperada. No para quejarse de alguna nota incómoda a su gestión, ni para invitarnos a parrandear este fin de semana. En el tenor de la misiva sostiene que su gestión tendrá como una de sus principales líneas maestras el fortalecimiento de nuestra entidad histórica, la recuperación de los elementos culturales que por alguna circunstancia han quedado postergados y otras acciones vinculadas a la vida cultural de nuestra ciudad y la provincia.  A renglón seguido, nos invita a participar en una reunión de trabajo.

Ello es formidable, sin ninguna duda o mezquindad. Lo primero que tenemos que decir sobre el particular es que nos asombra que el alcalde, que en su campaña política jamás mencionó ni la palabra historia ni la palabra cultura como llaves maestras de su gestión, asuma ese vital compromiso. Nos alegra sobremanera que un burgomaestre de esta inculta provincia, de esta iletrada ciudad, incline algo de su atareada labor hacia esos rubros, la historia y la cultura. Rubros que requieren la atención oficial para seguir demostrando el poder de su riqueza, la fuerza de su constante creatividad.

Pero, nunca falta el letal pero, nos preocupa que esa adhesión temprana sea un simple saludo a la bandera, una repetida pose fácil.  Como tantas veces ha ocurrido con tantas autoridades que nosotros conocemos. Estamos lo suficientemente crecidos para saber que dichas personas utilizan la cultura a su antojo y parecer. La cultura es sólo una palabra inútil. Así el aparente entusiasmo inicial pronto pasa a una indiferencia desdeñosa. Luego aparece el largo olvido. Ojala, por el bien de los presentes y los venideros, que esta vez las cosas sean diferentes.