Durmiendo en la ciudad de  ensueño

En pleno día de cualquier semana, entre las arduas horas de trabajo, ante los posibles  azotes de la intemperie, amenazados por los desmanes chinescos o  por las aguas de la creciente, ignorantes de alcaldes viajeros o carnavalísticos, hay en Iquitos personas que sostienen que la vida es sueño. No es que hayan  decidido darle la razón a don Pedro Calderón de la Barca que escribió una obra con ese título. Ocurre que los aludidos se pierden en los brazos de Morfeo y duermen lejos de sus acogedoras colchas y sus cómodos catres. Duermen en algunos de los lugares públicos de esta ciudad de ensueño, según sostienen los mismos iquitenses, linaje que gusta de contarse cuentos no precisamente orientales.

En son de veras y burlas, en trance de picardía, uno imaginaría que esos parroquianos que duermen a pierna suelta en plazas, glorietas, calles, mesas de mercados, autos abandonados como chatarra pública, son los que creen que la vida es un carnaval con los ojos cerrados y el ejercicio del ronquido permanente. Uno pensaría, sin dejar el temperamento jaranero, el sentido de la burla, que esos ciudadanos dormidos en horas tan inadecuadas son el resultado letal de alguna bomba de licor financiada con plata ajena por alguna autoridad edil o regional. Uno pensaría tantas cosas, en plan de diversión. Pero la sonrisa  no le cabría en  el rostro. 

La inquietante frase que dice que a camarón que se duerme se lo lleva la corriente, es la mejor manera de entender a esos cultivadores del sueño en cualquier parte y a  cualquier hora. La corriente de la vida moderna, con su exclusión y su ferocidad  mercadera, su infierno individualista, su enfermiza incitación hacia el primer lugar, les ha elegido como víctimas. Ninguno de ellos es un emprendedor capaz de cualquier  cosa para conseguir sus fines, ninguno busca la excelencia a costa de los demás. Fuera del puesto de trabajo, fuera de las ganancias, han quedado lejos de este tiempo. Y, así  dormidos en la intemperie son un rostro de degradación humana de este Iquitos de ensueño.