Después de 16 años del más horrendo crimen en Iquitos
- Dos de los sentenciados ya murieron y otro ya está en libertad por beneficios penitenciarios
Al cumplirse hoy dieciséis años de uno de los crímenes más horrendos de la historia de Iquitos ya ninguno de los condenados está en prisión. Dos han muerto y uno goza de libertad porque el juez Carlos Wary Mendoza aceptó el pedido de otorgarle beneficios penitenciarios, luego que un informe del INPE que establecía que Willer Navarro estaba apto para reinsertarse en la sociedad. Pro & Contra quiso saber la versión del juez, pero no fue posible.
Según el informe, al que Pro & Contra tuvo acceso, Navarro ya puede reinsertarse en la sociedad y en libertad tiene que cumplir algunas reglas de conducta. Una de ellas es que tiene que reportar mensualmente sobre la actividad laboral que hace. Navarro ha aprendido en prisión a tallar en madera y eso tiene que hacer. Si incumple corre el riesgo de volver a prisión y permanecer recluido el resto de la pena. Pues, según fuentes del INPE, en dos oportunidades solicitó acogerse a los beneficios penitenciarios y le fueron negados. A la tercera fue la vencida.
La mañana y parte de la tarde del 4 de agosto del 2004 Pedro Loreto Zumaeta Vela y Graciela Cáceres Novoa, la señora que hacía la limpieza, fueron torturados y asesinados con machetazos en la casa de quien se desempeñaba como regidor de la Municipalidad Provincial de Maynas. En la noche de ese mismo día ambos cuerpos fueron encontrados en medio de charcos de sangre y con manchas rojas en las paredes. Por el cargo que ocupaba se habló de un crimen político. Por la forma cómo fueron torturados se habló de una venganza pasional. Al día siguiente, 5 de agosto, los titulares de los diarios y el tema de conversación de la gente en las calles era sobre el crimen contra el regidor.
El 17 de mayo del 2012 Segundo Grández, conocido como “Shego», murió en el abandono en el Hospital Apoyo Iquitos. Fue enterrado en el cementerio “La Inmaculada” de Punchana, luego de ser velado por su madre y sus hijos. Había sido sentenciado a 35 años de cárcel por el asesinato del regidor.
Henry Flores, conocido como “Flema”, fue otro de los sentenciados por el crimen que murió en el abandono el 2010, luego de sufrir una penosa enfermedad. Había sido condenado a 25 años de prisión por ser cómplice secundario del asesinato.
Por buena conducta y haber empleado su tiempo en estudiar y trabajar en los talleres de carpintería del penal de sentenciados de Maynas, Henry Flores López, fue liberado pocos años antes de su muerte por el juez del Tercer Juzgado Penal de Maynas del Poder Judicial de Loreto, Luis Enrique Panduro Reyes. Ya había cumplido la tercera parte de la pena. En esa oportunidad el juez declaró “Yo he actuado conforme a ley, para eso es la garantía jurisdiccional de las dos instancias, la Constitución dice que toda persona tiene derecho a reintegrarse a la sociedad”.
“Es un crimen no resuelto”: Jorge Carrillo, periodista
Los periodistas, como Jorge Carrillo Rojas, que recorrieron la vivienda al día siguiente del crimen aún recuerdan esos momentos. “Es un misterio no resuelto, nadie se imaginaba una noticia de esa magnitud, es decir crimen, política, deudas, cosas íntimas, ajuste de cuentas, que el alcalde Del Águila estaba involucrado y tantas hipótesis, para mí sigue siendo una de las noticias más impactantes sobre la que se van a tejer una serie de historias, aún recuerdo esa noche porque ninguno de los colegas podía creer. Fue la noticia del año y en torno a ella se publicaron miles de historias. Recuerdo que la mañana del crimen le llamaba para entrevistarle para el programa regional de RPP y nunca contestó y él siempre lo hacía, más aún cuando se coordinaba”. Carrillo recuerda desde Iquitos cómo encontraron las habitaciones y demás zonas de la casa, nunca podré olvidar ese ingreso a la casa porque es una de las imágenes que no se van de mi mente, nunca en mi vida vi algo así, la casa de Pedro era un bunkersito. “Las imágenes eran de película de terror y lo que narraba la persona que nos guió por la casa era de terror, esas escenas son imborrables porque resume lo macabro que fue ese asesinato. Los que fueron sentenciados saben lo que pasó y como ya queda solo uno con vida, él vera si cuenta algún día toda la verdad”.
Gregoire Ross: “Una de las comisiones más escabrosas”
Otro de los que visitó la casa del crimen fue Gregoire Ross, corresponsal de América TV de ese tiempo. Recuerda que era jueves y como también era redactor del diario Pro & Contra la semana terminaba el jueves con el cierre de edición. “Se tuvo que parar la impresión porque era la noticia del día”, dice desde Pucallpa donde hoy trabaja en TV Perú. “El regidor era un pindayito (Pulcro en su vestir) y todos los colegas le teníamos respeto porque era respetuoso y educado”, recuerda.
“Fui uno de los pocos periodistas, junto con Jorge Carrillo de ATV Noticias, que recorrí la casa. El cuarto donde asesinaron a la señora parecía de una película de terror, estaba lleno de sangre y era insoportable ver las huellas en las paredes, pero se tenía que grabar y registrar para informar. Ha sido una de las comisiones más escabrosas que he cubierto y luego todo lo que se tejía en torno al asesinato, se hablaba de crimen pasional, crimen político y tantas cosas. Cuando recorrí la casa creo que hasta se me bajó la presión porque la sangre estaba fresca en las paredes como si alguien hubiera corrido escapando de la muerte. Era imposible no imaginar los últimos minutos de vida de Pedro, cómo se habrá desesperado. La lavandería fue la zona de masacre, de machetazos, tipo historia de terror. Y como hecho curioso recuerdo que tirada en el piso estaba la portada de una revista con el título LORETO VIVE”, cuenta Ross.
Aquella noche del 4 de agosto, luego de que los agentes de Serenazgo ingresaran a la vivienda de la calle Callao y comprobaron el crimen, la población de Iquitos, conforme se enteraba de la manera que fueron asesinados, no salía de su asombro. La pregunta era ¿quién o quiénes estaban detrás de este asesinato? Por esos días en un rápido operativo policial agentes de la Divincri, capturaron a tres sospechosos: Henry Flores, Segundo Grández y Willer Navarro. El último como autor intelectual y los dos primeros por haber ejecutado el crimen. En un juicio largo los tres confesaron cómo planearon y ejecutaron el crimen.
El juicio tuvo varios momentos. Los familiares exigían justicia y no pocos quisieron aprovechar -y tal vez otros ocultar- políticamente el caso. A dieciséis años ya dos se llevaron su verdad a la tumba. El único que queda vivo y en libertad para reinsertarse en la sociedad es Willer Navarro, quien, según personas cercanas a él, no quiere hablar del tema, quizás porque no quiere revivir aquellos momentos, de uno de los hechos de sangre que conmocionó a los iquiteños.