Con el viaje pesando sobre mis espaldas por la diferencia horaria asistí a ese evento, S había sacado los billetes para el concierto homenaje a Mario Vargas Llosa, el homenaje lo hacía Juan Diego Flores acompañado de Miguel Harth- Bedoya (también peruano), temía dormirme en el concierto. Tenía mis dudas de estar de pie hasta el final. Rumiaba. Resollaba. Amén del frío madrileño que ingresaba con fuerza. El concierto fue en el Auditorio Nacional de Música y contaba con los auspicios de la Juventudes Musicales de Madrid. En verdad, Juan Diego Flores me quitó el jetlag de un tirón. Hizo levantarme y aplaudirle por su actuación, me despertó de las galbanas. Fue memorable. La primera parte eran canciones bajo la batuta de Harth- Bedoya (Rossini, Von Suppe entre otros) intercaladas por cantos escogidos por Juan Diego Flores (Haendel, Donizetti, Pablo Luna y otros). Las piezas escogidas por el director Harth- Bedoya eran vibrantes, de gran energía y fueron bien acogidas por el público. Algunas de ellas podían escarapelar el cuerpo, muy bien antologadas. Y la voz de Flores navegaba tranquilamente ante el goce y euforia de los espectadores. Hace virguerías con ella y buena muestra de ella fue la entonación de “A mes amis (La file du regiment) de Gaetano Donizetti; es la canción con que fascinó en la Scala de Milán (le hicieron cantar dos veces y rompió con una tradición de 75 años que prohibía bisar) y en el Metropolitan Opera de Nueva York. Gritaban loas al cantor peruano. Cada canción entonada eran aplausos de varios minutos de parte de los oyentes, era un público entregado a la voz de este tenor [el programa lo subrayaba tenor lírico ligero) y añadía como fortaleza la adaptación y versatilidad de su voz]. Pero el auditorio también rindió homenaje al Nobel peruano/español Mario Vargas Llosa, deliraban con él. En medio de esta fiesta de la música y viendo al público madrileño encandilado por estos peruanos me dí cuenta que estos compatriotas (cholos globales ¿colonizados?), por eso el título de la crónica, hacían emocionar y de qué manera a este lado del charco ¿Qué diría una aproximación desde los Estudios Poscoloniales? Seguro que hay mucha miga.