Disciplina, compañeros

El Loco Vargas

ESCRIBE: El compañerito

Hace algunas semanas el actual entrenador de Sporting Cristal, Juan Reynoso, exjugador del seleccionado peruano y que hizo parte de su carrera futbolística en México dijo que a los jugadores peruanos en el exterior se los conoce como “pecho fríos”. Es decir, haraganes. Es decir, displicentes. Eso dicho por alguien que conoce muy bien al futbolista peruano y que ha sido figura principal en la selección no solo es digno de tomarse en cuenta sino que no ha recibido la atención de la opinión pública ni de la prensa, para variar.

Luego de la derrota previsible contra Chile la prensa peruana comenzó a deslizar que uno de los “cuatro fantásticos” se había pasado de copas luego del triunfo con Paraguay y que, curiosamente, fue el que menos presencia impuso en el equipo nacional frente a los mapochos. Pocos días después nos enteramos que el entrenador de Fiorentina, Sinisa Mihajlovic, acusó a nuestro loco Vargas de ser “poco profesional por trasnochar previo al duelo con Lazio”. Aquí no hay especulaciones. Hay realidades. En lo de las copas después del partido contra los paraguayos hay versiones periodísticas que, como bien señala Carlos Galdós en su columna semanal, “dicen los entendidos del chisme futbolero, que por lo general tienen la razón, que el loco ha estado desordenado últimamente”. Y Markarián le llamó la atención y recibió como respuesta una frase fantástica en términos de indisciplina (“patanería” lo llama Galdós): “Profesor, si quiere, no me convoque”. Luego de esos hechos “el mago” salió a declarar medio deprimido que para clasificar todavía nos falta mucho.

El entrenador de Sport Huancayo, Roberto Mosquera, exjugador y por lo tanto conocedor de lo que sucede dentro y fuera de la cancha, ha suspendido al defensa lateral del equipo pocas horas antes del partido con León de Huánuco. Ganó el equipo huancaíno el fin de semana. Para mayores señas el jugador suspendido se llama Christian Pabón, quien defendió, es un decir, el año pasado los colores blancos y verdes de Colegio Nacional de Iquitos y no fue tomado en cuenta para la campaña 2011 porque el entrenador Marcial Salazar estaba cansado de los actos de indisciplina que cometía junto con otros jugadores que sin haber ganado a nadie ya se sentían triunfadores.

En los medios periodísticos loretanos es bien conocido los desvelos de varios jugadores de CNI que han llegado a Iquitos solo con la idea de esperar fin de mes para que les abonen lo que exige el contrato que han firmado. Ya sea dentro o fuera del lugar donde residen varios jugadores empinan el codo más de la cuenta. Muchos no se dan cuenta porque ni siquiera los reconocen en la vía pública. Es decir, los jóvenes del equipo han perdido lo mejor que puede caracterizarle a un futbolista: ganas de superarse. Y los que están más allá de la base tres y que nunca han destacado en otros equipos se ufanan de un pasado sin gloria y no saben que defienden la casaquilla de un equipo glorioso como CNI.

Así que con este panorama, no tiene por qué sorprendernos que el fútbol peruano sea conocido como gitano y que los aquí llamados fantásticos, en Europa sean tratados como cualquier hijo de vecino. Menos debe sorprendernos que CNI pierda de local más que de visitante porque la mayoría de jugadores no han venido en busca de nada más que los honorarios mensuales que lo obtienen sin mucho honor.

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