Mira viejo así es la cosa acá en Iquitos, si a la mayoría de mujeres les ha tocado hombre malo, pues a la mayoría de los hombres nos ha tocado padre malo- decía Salomón Puentes a sus dos mejores amigos Javier Padilla y Joaquín Torres a la par que desayunaban en el poblado de San José en el río Nanay como pasar el domingo, el del Día del Padre. El padre de Salomón está de viaje, el de Javier hace mucho que tiene otra familia y el de Joaquín murió. A pesar que ya están por la mitad de la base tres aún no tienen hijos, con todas las experiencias de diversión y sus agregados dentro de sus cuerpos y pensamientos, no compartían el modelo de procreación sin lucidez. Entre tantas cosas que hablaban iban metiendo la mano en las palometas asadas y en los maduritos fritos con su ajicito de cocona, profundizaron en el factor padre.
Hoy en muchas madres solteras o mujeres feministas y público en general se comenta que padre no es el que trae al mundo un hijo sino aquel que lo cría, si se avanza un poco más, el punto crianza involucra más que sólo alimentar, vestir, brindar casa, colegio y universidad al concebido. Si bien la mayoría de padres viven con sus hijos dentro de una familia nuclear, el rol que desempeñan, según la vida misma no está siendo el más eficiente, al menos en Latinoamérica- dice Javier y Salomón le cochinea –¿Latinoamérica?, a la justa viniste a Nauta y hablas de Latinoamérica-, saltan ja ja jaas; –Veste grandulón, hasta el viejo mundo me lo conozco y fuera de mi estado físico en cada lugar no dejes de lado las fuentes bibliográficas, o ¿acaso no es verídico que en nuestra sociedad el machismo aún perdura?-. El sol empieza a intensificarse, se piden una cerveza helada, hablan de papá y más.
Los políticos que gobiernan, la prensa amarilla, los programas denominados basuras y el estado actual de nuestra sociedad son el reflejo de sus mismos habitantes. Cuando pasa algún problema socio económico inmediatamente se desprestigia a la autoridad de turno y éste al anterior, sin embargo no fueron ciudades de Ecuador o de Paraguay quienes votaron por él. Una arista principal está en la dinámica familiar. El padre, producto del sistema en que lidia, se dedica a generar dinero, independiente si este ingreso daña a su prójimo o al ecosistema, los elementos externos quedan de lado cuando la necesidad primordial es algo más propio, en este caso, una familia que proteger. El dinero que se ganó no habla, no enseña cómo vivir, pero si te brinda acceso a un estilo de vida social más adecuado donde lo que prima es acceder a una casa linda, un colegio particular y una status social promedio. El dinero no habla, este objeto compra. El hijo podrá tener buena ropa; aparatos tecnológicos A 1; estudios básicos y superiores privados; vehículos motorizados ya no ya, buenas farras y divertida compañía; pero ese árbol grande, con el mínimo ventarrón se tambalea y con el tiempo se viene abajo por tener las raíces débiles. Los padres deben entender que por más que matriculen en buenos colegios a sus hijos, esta labor no se logrará si no hay diálogo y buen trato en el hogar. Hablarle al menor sobre liderazgo, decirle que en la vida muchas veces se tropezará pero que más serán las veces que se seguirá adelante, decirle que lo aman con todas sus energías, recordarle que está bien equivocarse porque son maneras de aprender, hacerle saber que nadie incluso ni su padre lo podrán detener hacia su destino que es el éxito, escuchar sus penas, secar sus lágrimas, festejar sus alegrías, amar a su mamá, darle detalles, generar un ambiente de amor en casa; eso sí educa, el dinero no habla, sólo compra; sin embargo, el amor, el respaldo de un padre ejemplar sólo se consigue con el diálogo padre e hijo. Antes de criticar a nuestras autoridades, primero modifiquemos la dinámica familiar, menos cosas más afecto; pagan una bicoca por todos los manjares que comieron, ahora, toca conocer el pueblo.