Escribe: José Rodríguez Siguas
Cuando se escucha o lee un comentario sobre “La jangada” (1881) de Julio Verne, se afirma o se da indicios que la historia le fue contada por Otoniel Vela Llerena (1862-1934).


Claramente esto es imposible, ¿qué hace un jovencísimo Otoniel, con solo 19 años, compartiendo mesa en los cenáculos con escritores, políticos, empresarios, etc., en la capital francesa? Esto si la novela se escribiera en 1881. “La jangada” comienza a publicarse por entregas ese año, quiere decir que la novela se escribió por lo menos un año antes, cuando Vela tenía 18 años, sin embargo, dada la capacidad investigativa de Verne, la novela pudo tener su origen mucho antes.


La Amazonía como tema ya había aparecido en una novela anterior del escritor francés, me refiero a “El Cancellor” (publicado en libro en 1875), cuyo último capítulo ubica la novela en la desembocadura del río más caudaloso. Pero ya en 1852, Verne sitúa una de sus primeras novelas en Perú, “Martín Paz”, novela breve que abarca costa, sierra y selva, pues la novela se cierra con el último capítulo en la selva brasilera, por el Madeira. Para De Trazegnies, es posible que Verne se confunde con el lugar, puesto que, por la descripción, es posible que la última parte se desarrolle en el río Madre de Dios y no en el Madeira.


Como vimos, antes de la publicación de “La jangada”, Verne ya tenía en su radar el Perú y la Amazonía. Pero, además, el autor francés, se valió de muchas lecturas para construir su novela y la inmensa balsa. Cito dos fuentes. En 1992, Michel Riaudel rastrea las obras que le valieron a Verne para escribir “La jangada”, “El río palimpsesto: el Amazonas de Julio Verne, de las fuentes a la ficción” (https://revistas.usp.br/revusp/article/view/25599). Entre los autores y obras que encuentra Riaudel y los detalla (algunos están citados en la misma novela), tenemos a Paul Marcoy, Rafael Reyes, Franz Keller-Leuzinger, Benett, Agassiz, Émile Carrey, La Condamine, Humboldt, Spix, entre otros.


La otra fuente es “La Amazonía y el Pacífico en «La Jangada» de Julio Veme: Una visión eurocéntrica” (https://doi.org/10.52980/revistaamazonaperuana.vi27.88), de Enrique Amayo Zevallos, artículo aparecido en la revista “Amazonía Peruana”, nro 27 del 2000. Texto que desglosa los temas aparecidos en “La jangada”, el autor se apoya, sobre todo, en el libro “Viagem Da Cidade do Cuzco A De Belem do Grao Pará Pelos Ríos Vilcmayu, Ucayaly e Amazonas” (1844-1846), libro en dos entregas, publicados en Río de Janeira en portugués, por el peruano Manuel Valdez y Palacios (uno de los personajes de “La jangada” se llama Manuel Valdez), quien salió huyendo del Perú hacia Brasil, ruta, que señala Amayo Zevallos pudo seguir Verne en su novela.


Pero entonces, ¿por qué se sigue creyendo que Otoniel Vela es el que siembra la idea en Julio Verne? Seguramente por dos escritos que aparecieron en el nro 16, julio-agosto, de 1972 en la revista “Proceso” de Iquitos, dirigida por el poeta Javier Dávila Durand. El primer escrito, sin firma, se titula “El hombre que le contó la historia de la Jangada a Julio Verne”, con información aportada por el hijo de Otoniel, Emiliano Vela Larrea, quien señala que su papá tenía unos apuntes, una especie de autobiografía, que lamentablemente se perdió. El otro escrito es un artículo, un tanto disparatado, de Ferruccio Gabrielli Cortés, “Otoniel Vela, la Jangada y Julio Verne”. Este último escribe sobre Otoniel Vela: “En uno de sus viajes, y en uno de aquellos lugares tan especiales de París, trabó amistad con un hombre que físicamente se le parecía. La acuciosidad de Julio Verne, descubrió en los relatos de Otoniel Vela, el nuevo mundo de la Amazonía peruana para la novela”. Si ubicamos el encuentro en 1881, Verne tenía 53 años y Vela 19, que no creo que se parezcan físicamente.


Ahora, no quita que Vela no haya conocido a Verne, pero esto debe haber ocurrido después de la publicación de “La jangada”, novela, que, por cierto, va a publicar, muy pronto, Editorial Tierra Nueva.