12:30 pm. Sábado 28 de julio de 2018. Me propongo a mantener la calma mientras almuerzo, disfrutar el sabor de la comida hecha en casa, con esos detalles perfectos resultados del secreto culinario que le impregna mi madre al momento de la preparación, pero es imposible no reírse del alboroto que generan los congresistas, claro el mensaje a la nación del mandatario fue tajante en su referencia al legislativo y el poder judicial. Se pierden unos cuantos parlamentarios entre las cámaras ubicadas estratégicamente a las afueras del Congreso tratando que alguna de ellas capture sus impresiones en contra mayormente de la propuesta de referéndum para consultar sobre la bicameralidad y la reelección congresal, como si ello hubiese sido lo fundamental del mensaje. Cada quien defiende sus frejoles en la política ja, ja, ja.

El presidente Vizcarra lanzo la primera piedra para un nuevo reto político, por supuesto. ¿Tiene un carácter populista ello? Pues, a decir verdad, esconde la propuesta una estrategia sutil y carismática que encuentra respaldo en una sociedad confundida pero decidida a enfrentarse contra la corrupción. Asimismo, es importante recalcar que el principal malestar no es la reelección de parlamentarios, existen otros más urgentes.  Pero el mandatario ofrece a modo de consulta ciudadana una posible formación de una alianza con todos los peruanos, ya que carece de una fuerza en el legislativo.

5:00 pm. Domingo 29 de julio de 2018. «No hay crónica ni entrevista sin una visión del mundo previa. Por eso quizá los editores de prensa encargan tanto las entrevistas como las crónicas a quienes ven por encima la grisura y el promedio…», leyendo algunas páginas de “Cambio de palabras”, de César Hildebrandt, concuerdo con la definición de Renato Cisneros sobre el autor de este libro como “un paradigma”. Porque Hildebrandt es —evitando titubear con la mención o desbalancearme el pensamiento— el periodista más influyente, respetable también, en el país. Él se ganó la mayor credibilidad.  Es de ese modo, como ha logrado el respeto de la mayoría de sus lectores, oyentes y televidentes, por no decir todos; ello trajo consigo adquirir no pocas enemistades, en particular de mucha “gentita” de la clase política, del gremio periodístico y de la argolla literaria limeña, a las que ha desnudado con la palabra, hablada y escrita, causando en más de una oportunidad polémica por sus argumentos.

Dejo el libro, me recuesto en la cama, pienso ahora en Marco Aurelio Denegri, un personaje, de aquellos ejemplares —que son pocos, pero los hay—, quien nos dejó el último viernes 27 de julio. Fue un maestro, un guía, en tantas lecturas, de las más diversas formas. Su principal aporte quizás fue desasnar al peruano en cada edición de “La función de la palabra”. Para Josefina Barrón, MAD: Se sabía humano y se lamentaba de serlo. Por eso se refería al ser humano, quitándose del grupo, arrugando. Así sería la vida sino más fácil, más llevadera. No se equivoquen. Marco Aurelio no era misántropo. Ni un ser de otro planeta.

También, pienso en la lamentable perdida para la literatura, la poesía en especial, que significo el fallecimiento del poeta Enrique Verastegui. Con la publicación de “En los extramuros del mundo”, un hito de la literatura peruana, el poeta expone a un yo poético que difunde un discurso frenéticamente sentimental e inconforme en una urbe inclemente, decadente y violenta. Tulio Mora, compañero suyo en el movimiento Hora Cero, considera a la obra como: Un poemario tan fresco como maduro, tan punk y callejero como lírico, y consciente del uso del lenguaje. Aquella era la poesía del conocimiento, con la concepción de interpretar todo a través de los versos.

Martes 31 de julio de 2018. [Mediodía]. A menos de un día para cumplir 18 años, no descuido por nada a la lectura como forma de descubrimiento de otras visiones o perspectivas, ya sean tradicionales, revolucionarias, innovadoras, pero todas únicas y creativas. Por estos días, me sumergiré en las páginas de “La llamada de la tribu”, de Mario Vargas Llosa. La nueva publicación del Nobel peruano, una autobiografía a modo de ensayo y viceversa, me tiene cautivado, pero siempre trato de mantener distancia y objetividad para analizar sus planteamientos.