200 Cerbatanas (Small)

He ahí el gran problema. Cada fiesta patria se genera un debate insulso entre lo pertinente del desfile escolar en los diferentes distritos. Algunas instituciones educativas – sobre todo particulares – han determinado que en su currículo o dentro de sus actividades la palabra desfile debe ser borrada. Entre los argumentos que publican es que en realidad el patriotismo y los valores cívicos no se generan o se ahondan por levantar más la pierna o tener más ritmo militar al momento de desfilar.

Tienen parte de la razón. La pregunta es ¿si esto dentro de sus actividades no les genera un sentido de pertenencia con el territorio donde nacieron que actividades plantearon para suplir este procedo pedagógico de la identidad? Seguramente no habrá ninguna, porque la excusa es, por ejemplo, que el respeto a los valores cívicos – urbanos cómo no botar basura en las calles, ceder el asiento a los mayores en los buses, más los contenidos de las áreas de sociales o ciudadanía son suficientes.

De repente un periódico mural por ahí, o un guión bien elaborado en la actuación basta y sobra para suplir estos ejercicios. Puedan que tengan razón, pues en un mundo globalizado a veces ni el propio concepto de patria sirve para un ciudadano que tiene que educarse conociendo las costumbres, actividades e idiomas de las grandes metrópolis. El tema es que no tienen una respuesta que sustituya al metódico sistema de marchar durante horas y horas y por varios años en fechas específicas para lograr un aprendizaje significativo que relacione, ese hecho, con el amor o acercamiento a su país. Y las respuestas pueden tenerla las millones de personas que han marchado seguramente hace muchos años con más entusiasmo del que se observa hoy por hoy.

Esa advertencia de decir que “en sus tiempos si se marchaba con algarabía, disciplina y pundonor” es un aprendizaje significativo porque es permanente y lo evoca en momentos como estos y lo ha llevado a plasmar en sus acciones de vida. ¿Mejora su patriotismo? Tal vez no, pero elabora un concepto parecido al amor por su patria, ya sea por un hecho meramente físico. Es cierto que deben marchar aquellos que tienen mayor vocación para este ejercicio, pero que a su vez debe relacionarse mediante la música, la historia y las referencias de las competencias actuales para generar motivación y un aliciente en el alumno, es cierto. Pero de ahí desechar por el simple hecho de verlo como algo primitivo o “pasado de moda”, actuar coordinadamente o alzar la pierna lo más alto posible, no es pertinente por las consecuencias positivas al proceso pedagógico que implica. Es insuficiente, claro que sí, pero el hecho de ser sistematizado al menos asegura un aprendizaje que se reflejará en algún momento.

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