La Alameda Monumental de Iquitos, que conecta las calles Napo y Raimondi, ha experimentado una serie de cambios en su infraestructura, pero también enfrenta varios problemas de mantenimiento. A pesar de la siembra de árboles frutales como mangos y carambolas, muchos de estos árboles muestran signos de daño, ya sea por la falta de cuidados adecuados o por el vandalismo. La vigilancia, que debería ser una prioridad, no parece estar funcionando como se espera, ya que los agentes de serenazgo en la zona han sido vistos distraídos en sus teléfonos en lugar de cumplir con su labor de supervisión.
Además, algunos elementos de la infraestructura, como los postes de telecomunicaciones, siguen ocupando un lugar en la Alameda cuando ya deberían haber sido retirados, según lo indicado en el proyecto original. Esta falta de seguimiento por parte de las autoridades afecta no solo la estética del lugar, sino también su funcionalidad como espacio público.
Si bien la Alameda tiene el potencial de ser un punto clave para la recreación y el comercio, es necesario que las autoridades tomen medidas más eficaces para garantizar su cuidado y promover su uso adecuado. Los negocios de la zona también requieren un mayor apoyo para atraer visitantes, mediante eventos o campañas de promoción que le den vida a este espacio.
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