COLUMNA: PIEDRA DE SOL

                                                                                         

   Por: Gerald  Rodríguez. N

 

Parece que para muchos, nuestra débil democracia recuperada después de diez años de sopor, dictadura, violación de los derechos humanos, recesión salvaje, corrupción, como se justifica que fue un gobierno el fujimorista, se vuelve a presentir que algo de ello todavía ha quedado, que aquella magia corruptible para favorecer al sucio linaje de la familia Fujimori, primero el padre después la hija, ya se empieza a sentir al ser salvada de la más descarada falta de las normas electorales, y que el máximo ente no vio nada, no escuchó nada, aceptó que no había falta en la entrega de dádivas.

Una encuestadora publicó el día domingo en un programa televisivo que la población está dejando de creer en el JNE, ya que ha sido descarado el salvavidas con que ha rescatado a la candidata de Fuerza Popular. Por supuesto que eso no fue un acto de democracia, ya que la democracia es intolerable a estas trampas que sirvieron para uno y no sirve para otros, sino que tenemos a un JNE renacido de las cenizas de un fujimorismo que ya creíamos que no permanecía con sus viejas prácticas criollas por el todo para llegar al poder. Tenemos un JNE que como antaño, está serruchando las patas de una débil democracia para establecer un nuevo régimen dictatorial, de represión y recesión a la cual ya nos estuvieron acostumbrando. Pero ¿qué hacer cuando una vez más nuestra débil democracia, con acciones pirañescas, criollas, nuevamente se ve en tela de juicio, hasta el extremo de tener una población que no cree en el máximo ente y que al mismo tiempo es ocultado su rechazo por las encuestas manipuladas? Muchos de los poderes económicos privados que manejan el país (la señora Keiko es accionista de la empresa minera canadiense ANTAMINA S. A) son intolerables a una democracia que se quiere hacer respetar, que quiere vivir como tal, pero el peso del poder no solo hace temblar a un JNE que no le importa perder su credibilidad por no medir con la misma vara a una candidata que estuvo en falta, y que descaradamente se dijo que no, que el mismo jurado lo haya negado convirtiendo a esto en una cruz para un pueblo que no pide otra cosa más que se cumpla su voluntad.

Ya sabemos para quienes la democracia es algo intolerable, y que es triste ver cómo un órgano que se creía neutral, autónomo e independiente, esté cometiendo los más tristes de los descaros que es imposible no verlo así. No se puede tapar el sol con un dedo, mucho menos querer demostrar que el regalo del dinero de Keiko a uno jóvenes como parte de una actividad proselitista, no sea catalogado como tal,  que el dinero no fue pecado entregarlo, ya que el único delito fue eso, que una candidata lo haya entregado, sin ir más allá de dónde vino, lo entregó en tiempo de campaña, lo entregó como símbolo de su dádiva y su bondad para parecer buena, pues su intención fue esa y que no vengan a decir que no hubo falta, cuando fue la misma acción de Cesar Acuña y de su tantos partidario, incluyendo a su hermano, que buscan una curul en el congreso, y que por anticipado, ya se habrá ofertado un regalito para los que conforman la defensa el JNE, porque así funciona aquí la democracia que no es democracia.