Cuando leemos novelas, libros de poesía o textos de profesión de un autor extranjero dependemos mucho de la traducción, de quien traduce el texto o como imagina el texto el traductor. Un ejemplo con el que se tropieza a diario al leer una novela encontramos expresiones de un español peninsular que nos quedamos en blanco, como la pasma, que es una expresión coloquial para referirse a la policía. Un traductor argentino traduce bombacha a las bragas, en peruano sería a los calzones. Hay muchas expresiones coloquiales que usan los traductores, dependiendo donde vivan, que ponen al lector o lectora en posición de pausa o de acudir al diccionario que muchas no están en él. Aquí en casa apelo a F quien me facilita el significado. Alguien proponía que para las traducciones se debería reformular un español estándar para evitar esos tropiezos. Muchos miran con recelo las traducciones españolas porque observan que es una suerte de imperialismo e imposición de la lengua de este lado del charco, ante la indiferencia de la Real Academia Española (RAE) que está entretenida en otros menesteres. Me pasa cuando leo los titulares deportivos, percibo que los diarios peruanos han adoptado servilmente (con cierto complejo de inferioridad) las palabras que usan los periodistas deportivos en esta parte de la península, dejando de lado el habla coloquial que le daba cierto color. Con las películas pasa otro tanto que ya es preocupante. Se dice que la traducción o el doblaje de la película están en «español forzado» donde se traduce al español de este lado de la cocha bastante a su aire, sin complejos. Traducen por libre, muchas veces lejos del significado inicial. En los vuelos transatlánticos te dan a escoger entre el español de España y el español latinoamericano, la expresión latinoamericano es una suerte de batiburrillo donde entran el español argentino, chileno, peruano, colombiano, mexicano…. Y un largo etcétera de hablantes sin importarles el matiz o el significado de las palabras. Vamos, es la simplificación sin precedentes de este sutil imperialismo lingüístico. A ellos, a los que hablan el español de este lado del charco, en su zona de confort, que necesitan oír el español gutural así vayan a la China y el resto de españolhablantes a resignarse ¿No decían que el español es rico porque lo hablan millones de personas en el mundo? Sí, es rico, pero no igual.

 

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