900E Relaciones. (Small)

Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos enamorado y hemos experimentado esa sensación de que mil mariposas revolotean en nuestro estómago cuando vemos a esa persona que nos vuelve locos, pero después del enamoramiento ¿qué ocurre? ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando esta etapa termine? Dicen por ahí que nadie muere en «amor» y es cierto. Sin embargo, en muchos aspectos el amor podría ser parecido a una droga que genera gran adicción, y por lo tanto, también por ende tendría efectos secundarios.

De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Concordia, el 22 de enero de 2014, la oxitocina que el cuerpo emite mientras estamos enamorados eleva la sensibilidad del resto de las emociones a casi el doble.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores de la Universidad de Concordia, reunieron 82 adultos jóvenes que estaban mentalmente sanos y que no mostraban signos de sufrir de esquizofrenia, autismo u otro tipo de trastornos similares. A 41 de ellos se les ofreció una dosis de oxitocina, que se conoce también como la hormona del amor, y a la otra mitad se les brindo un placebo, es decir una muestra inocua.

Posteriormente los participantes completaron el estudio explicando cómo se sentían y se comparó el resultado obtenido en los dos grupos. Los resultados revelaron que aquellos participantes a los que se les suministraron oxitocina, tenía una visión más profunda de la parte sentimental, mientras que el otro grupo no experimentó grandes cambios.

De acuerdo con este estudio, la oxitocina tiene la capacidad de incrementar la sensibilidad emocional frente a los acontecimientos que nos ocurren en la vida cotidiana. No sólo frente a los acontecimientos negativos que nos ocurren, sino también frente a los negativos.

Según el autor del estudio “muchos especialistas inicialmente pensaron que la oxitocina podría ser una solución fácil para superar estas preocupaciones. Nuestro estudio demuestra que la hormona eleva la capacidad de razonamiento social innata, lo que resulta en un exceso de sensibilidad emocional que puede ser perjudicial en los que no tienen ninguna deficiencia social potencialmente grave».

Además agrega que «Los potenciales beneficios sociales de la oxitocina en la mayoría de las personas pueden ser contrarrestados por las consecuencias negativas no deseadas, como ser demasiado sensible a las señales emocionales en la vida cotidiana.»

Lo que significa que cualquier hecho que ocurra cuando nos encontramos en la etapa del enamoramiento, nos afectará más de lo ordinario, sin importar lo insignificante o trivial que sea este hecho.