Cruel despropósito
Por Miguel DONAYRE PINEDO
En los tiempos oscuros del régimen de Fujimori mostró, a través de los diarios, fotografías donde se veía a Abimael Guzmán y Vladimiro Montesinos, y en los mentideros se decía que también estaba Fujimori, y habló con él. Se comentaba que en esa reunión buscaban puntos para un acuerdo de paz. Fuimos muy escépticos por el circo montado por el siniestro dueto Fujimori – Montesinos. Saco a colación este incidente porque hace unos días tuvo que renunciar a su cargo diplomático el embajador de Argentina por el único y aparente delito de recibir a un grupo político vinculado a Sendero Luminoso, grupo terrorista y asesino. Que se sepa este grupo político no ha sido declarado ilegal y constitucionalmente cada uno es libre de pensar lo que quiera por más aberrante que sea la idea del otro; no por pensar diferente a mí esa persona debe ir a la cárcel o ser un apestado social. Esa es la esencia o el núcleo duro del liberalismo político – sea de izquierda o derecha. Además que recibir a este grupo de personas que piensa diferente a mí no significa claudicar en las ideas y principios sobre la democracia. Pensar lo contrario es la imposición del totalitarismo de las ideas. Hay que ser un cretino por pensar así. Pero no. En nuestro país los amplificadores mediáticos de la derecha o DBA – Derecha bruta y achorada, ha distorsionado y pervertido todo. Este encuentro entre el embajador y este grupo ha sido la excusa para pedir su renuncia y lo consiguieron – ojo, no ponen el mismo acento ante los privilegios penitenciarios del condenado Alberto Fujimori que vive como un rey y no parece purgar pena. Que pobres somos mentalmente. Esta renuncia del embajador nos muestra las carencias políticas que poseemos en nuestros ADN: autoritarismo e intolerancia.