Conectividad, una vez más

Por: Moisés Panduro Coral

Se aproxima el 10 de abril. Iquitos, la capital de Loreto, ha sido visitada, hasta el momento, por todos los candidatos presidenciales, -excepto Alan García que llegará hoy-, quienes en sus mítines y discursos han ofrecido de todo y para todos, sin precisar cómo lo cumplirán. En mi opinión, ninguno de los que ya vinieron ha logrado articular un discurso coherente y alineado con los grandes objetivos de nuestra nación ni con las necesidades y demandas del desarrollo regional.

¿Cuál es uno (no el único) de los factores limitantes para el desarrollo de Loreto? Es la falta de conectividad, sin duda alguna. Sin embargo, no es un tren de Iquitos a Yurimaguas la solución. En 2008, se anunció su construcción a un costo de 600 millones de dólares. Fue una farsa en un video con el que se engatusó a mucha gente que en 2010 votó por la reelección del entonces presidente regional. El cuestionamiento técnico de la viabilidad de la ruta que hice, en su momento, fue confirmada después cuando la empresa canadiense Desault solicitó a su contratante cambiar de ruta, con lo que el costo se disparaba más allá de los 900 millones de dólares del contrato firmado. El asunto se llevó a un arbitraje en el que el Estado tenía todas las de perder.

Contrataron después a un consorcio español que cobró 83 millones de soles por los estudios que arrojó un costo de 4,000 millones de dólares para 525 kilómetros. El resto es historia conocida, jarana legal y presupuestaria de por medio, pues cuando nadie invirtió ni un dólar, cambiaron la modalidad de ejecución y acudieron al Ministerio de Economía y Finanzas que lo rechazó, porque no había forma de que el Estado se endeude en un proyecto fantasma. La pregunta que no me han respondido hasta hoy es sencilla: ¿cómo van a levantar rasantes en 100 kms de ruta donde los suelos son inestables, los ríos cambian de curso periódicamente, y las aguas en épocas de inundación crecen hasta 8 metros de altura?

Si vamos a plantear algo, planteemos cosas serias. En las rutas Iquitos-Yurimaguas-frontera con Brasil, Iquitos-Saramiriza e Iquitos-Contamana- Pucallpa, lo más conveniente es lo propuesto en el segundo gobierno de Alan que son las hidrovías amazónicas que se debe complementar con un proceso responsable y de largo plazo de formalización y modernización del transporte fluvial en la hoya amazónica. Este proyecto está en convocatoria, detenido temporalmente por un tema de consulta que no se hizo oportunamente. El nuevo gobierno debe retomarlo y materializarlo en el siguiente periodo.

Si aspiramos a salir por vía terrestre hacia la costa, no hay ninguna otra ruta que no sea la antiguamente denominada vía Iquitos-Costa Norte que aprovecha los terrenos altos de la parte septentrional de Loreto, los caminos ancestrales utilizados desde tiempos inmemoriales por las poblaciones indígenas para comerciar, y los tramos de vía afirmada que han logrado construir las empresas petroleras. Este proyecto lo enarbolé como propuesta bandera en 2010 cuando fui candidato a la presidencia regional de Loreto bajo la denominación de carretera Iquitos- Saramiriza-ramal Gueppí. Igualmente, debe realizarse la carretera Bellavista-Mazán-El Estrecho que el humalismo pretende partirlo en cuatro por cuestión de negocios y también para desacreditar el proyecto por la única razón de que su impulso se dió en el gobierno anterior, refrendado por una ley que la declara de necesidad y utilidad pública nacional.

Espero que Alan que fue antecesor del timorato Humala, sea ahora su sucesor para materializar estos proyectos. Para eso, debe dejar de escuchar la música huera de trenes fantasmas y de hidroeléctricas inviables de un fracasado en la gestión regional. Lo digo con el mayor respeto, lealtad y fraternidad que guardo hacia mi candidato presidencial.