Con la pierna en alto

El patriarca con la pierna en alto

No creo que Isaac Humala sea un personaje folclórico como han querido etiquetarlo desde un sector de la prensa para no tomar en serio sus declaraciones. Que patina cada vez que habla a favor de sus hijos, es evidente. Es el padre y como tal, así reconozca internamente que puede estar errado, no esperen declaraciones en contra de sus hijos. Nadie lo haría. Tal vez si contra la nuera.

Don Isaac es la oposición que no hay contra el gobierno. Y aunque duela que un padre ataque a su hijo, su mirada y opinión desde una óptica lejana al poder tiene mucho de asidero. La revista S Moda del influyente diario El País de España acaba de publicar un artículo donde señala que Nadine Heredia cogobierna con su esposo Ollanta Humala e incluso la primera dama opina cuando éste calla. En referencia a su posición adelantada de su cuñado Alexis Humala y su venta al Estado de diversos productos a través de su empresa Krasny del Perú.

El mismo artículo recoge las versiones de líderes latinoamericanos que la ven como la sucesora en el poder de su esposo. Ya el semanario Hildebrandt en sus Trece había publicado algo del ajuar de la primera dama, en relación a que no repetía la ropa y para estar a tono con el jet set limeño ha posado para las revistas que hacen gala de lo más importante de la cursilería aristocrática capitalina. Pero si de sintonizar se trata, esta posición no sólo es de agrado en sectores A y B, también lo es en D y E, porque incluso las encuestas lo favorecen por encima del mismo presidente de la república. Es decir, como para emborracharse con el poder, parodiando al patriarca de los Humala.

Don Isaac no tiene nada que perder, incluso pensándolo bien, hasta podría beneficiar de algún modo al gobierno. Su posición, aunque diametralmente opuesta a lo que realiza actualmente el gobierno, es auténtica y consecuente con sus postulados de toda su vida. Ser folclórico no es sostener una misma forma de pensar así un hijo sea presidente o en todo caso que tenga que acomodar o esconder sus palabras ante la asunción al poder de uno de los suyos. Eso no tiene nada de folclórico, por el contrario, es muy serio y ayuda a retener en algún Humala (él y Antauro al menos) un sector que parece decepcionado del viraje que ha sufrido el gobierno.

Hay quienes que le sugieren psicólogos y psiquiatras como el congresista Mauricio Mulder, cuando no reconocen las cantidades de litio que tenía que ingerir su propio líder para guardar la compostura. Repito, como padre no esperemos un lapidario mensaje contra uno de sus hijos, ni siquiera y pudiendo hacerlo, ha desenvainado su espada verbal contra su hijo Humala. Al menos no lo ha hecho aún, lo máximo, como ahora ha sucedido, ha disparado contra su nuera con esto de haberse embriagado con el poder o de llamar pendejo al primer ministro y antes criticando a ministros y funcionarios. Se acerca, pero aún no ha disparado de manera directa contra el hijo presidente.

Como lo ha reconocido él mismo el vínculo familiar está por encima del orden legal, claro como padre afirma esto y puede ser comprensible, aunque la ley debe cumplirse para todos, como así lo ha dicho el propio presidente y así Don Isaac tenga que patalear y llorar si un segundo hijo tenga que ser encarcelado, habrá que aguantarlo pero no justificarlo. Una cosa es la comprensión de un padre acongojado por la aplanadora mediática que ha sufrido un hijo suyo y otra muy diferente es apañar un delito, así la ley esté mal entablada o en todo caso perjudique un negocio que se hacía con anterioridad.

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