¿Cuándo un proyecto  como la posible construcción de la hidrovía en la Amazonía pueden traer impactos negativos en el ecosistema como reaccionamos los que vivimos dentro o fuera de la floresta? Nos señalan que puede tener impacto muy serio sobre el comportamiento de los peces o que en el proceso los decisores de esta política desdeñan la sabiduría de las personas locales que conocen este complejo y frágil ecosistema ¿esta segregación de saberes un desperdicio de la experiencia? En la Comunidad de Cuninico, Distrito de Urarinas, Loreto, Perú hay mujeres, niños y hombres sufriendo en su salud las consecuencias del derrame de petróleo ¿cuál es nuestra actitud?, ¿mostramos nuestra empatía sobre ese sufrimiento? Ante todo parto de la premisa que soy un desencantado del concepto de desarrollo sostenible mientras que no se cambie el modelo económico de mirada insaciable de cara a los recursos naturales. Me formulaba estas preguntas a mí mismo mientras leía información sobre la ciudadanía ecológica ¿pudiéramos estos conceptos trasladarlos a la configuración de una ciudadanía amazónica ecológica? Partimos de la condición que no toda ciudadanía amazónica es ecológica. El ser amazónico o amazónica no te da esa condición, hay que trabajarlo a pulso. Hay quienes en la floresta profesan el concepto de desarrollo como el uso utilitarista de los recursos naturales y hacen un apostolado del extractivismo a todo tren. Un claro ejemplo de este uso de los recursos naturales, es lo que dijo Alán García Pérez sobre “El perro del hortelano”. Es por eso que para que la ciudadanía amazónica sea ecológica se tiene que actuar en consecuencia. ¿Cuáles son esas las premisas de la ciudadanía ecológica? Primera, una de estas características es que es bifronte en cuanto sus obligaciones tanto en la esfera pública y esfera privada. Debe haber un compromiso pleno con la naturaleza y el medioambiente en cuanto a su preservación y defensa. Los residuos en casa hay que reciclarlos, por ejemplo. Segunda, hay una cuestión en común cuando describimos estas preocupaciones de lo que sucede en la Amazonía, es la “desterritorialización”, es decir, donde estemos lo que suceda en la floresta nos preocupa y nos obliga a actuar desde el lugar donde uno esté y con los recursos que tiene. Añadidos a la tozuda construcción de la hidrovía, o la tragedia de Cuninico, se suman los impactos de negativos generados por la minería en Madre de Dios y nos obliga a hacer algo. Hubiera que sumar a estas premisas una tercera que es el concepto de la huella ecológica. Según un autor, Dobson, señala que las huellas ecológicas son una expresión del impacto de la producción y reproducción de la vida diaria de los individuos y los colectivos en otros seres humanos lejanos o cercanos. Todo lo que ocurre en la Amazonía como los derrames de petróleo, por ejemplo, está vinculado a esa huella ecológica de esta ciudadanía desterritorializada. Por ejemplo, los usos del petróleo y sus derivados pueden beneficiar a unos pero perjudicar gravemente a otros como es el caso de los habitantes de Cuninico ante los derrames en el río Marañón y hay que ser conscientes de esta huella. A esta configuración de una ciudadanía ecológica y amazónica se uniría que no es solo una preocupación presente, en el caso de la floresta, la preocupación es también por las generaciones futuras como se establece en el fallo del Tribunal Constitucional colombiano donde alude a las futuras generaciones en la Amazonía. Con el repaso de estos conceptos ¿podemos considerarnos ciudadanos ecológicos y amazónicos?

https://notasdenavegacion.wordpress.com/