La tradición de pasear en familia es uno de los mejores legados que mis padres me pueden haber dado.

#1 – Conocer tu historia

Paseando conocí la historia de mis padres, el pueblo donde nacieron, los sitios que frecuentaban y las cosas que llenaban sus almas.

#2 Tiempo familiar

Pasar tiempo con mis padres y mis hermanos fueron momentos preciosos. Aunque no todos eran perfectos, pues como en toda familia había momentos alegres, había desacuerdos, alguna peleíta entre hermanos y no faltaban los regaños que nos buscábamos los hijos.

#3 Contacto con la naturaleza

¡Cuántas playas y montes visité en todas y cada una de nuestras vueltas! Aprendí de primera mano sobre los árboles, la caña de azúcar, las frutas, sobre la erosión, las dunas, el algodón y hasta sobre las vacas.

#4 Actividad física y salud

Los paseos nos brindan la oportunidad perfecta para ejercitarnos, movernos y jugar en familia. Visitábamos parques, playas y bosques donde correteaba, caminaba, saltaba olas y nadaba con mis hermanos.

#5 Crear memorias

No importa dónde vayamos de paseo, cada momento que pasamos juntos se convierte en las memorias familiares que quedan grabadas en nuestras mentes.