Luego de conocerse las circunstancias en que perdió la vida la ex reina de belleza Kori Alegría varios correos electrónicos señalaban que esa lamentable como terrible muerte se hubiera evitado si es que se obligaría a los conductores de motocicletas al uso de casco de seguridad. Y ésa es una verdad a medias. Porque la forma cómo cayó dicha señorita aún con el uso de casco la consecuencia hubiera sido la misma. Y la acompañante, es decir Jenifer Álvarez Rodríguez, también se habría malogrado uno de los brazos sin que el casco se lo impida. Hay que decir que ese accidente se produjo porque se había ingerido licor. Y, como sabemos, el actual reglamento castiga a quienes conducen sus vehículos luego de haber bebido alcohol. Y se sabe que la principal causa de los accidentes y posterior muerte es el consumo de licor.

En este diario creemos que los dispositivos tienen que cumplirse. Pero antes de obligar al cumplimiento debemos exigir a nuestras autoridades la promulgación de leyes coherentes y que sean producto del consenso. Y no desde Lima sino desde las provincias. Desde cada una de las provincias. Porque ya sabemos que la realidad de Arequipa no es igual a la de Iquitos. Lo que sirve para el sur no sirve para el oriente. Y este es un debate permanente donde el centralismo siempre se sale con las suyas. Y ya es tiempo que las autoridades o quienes pretendan serlo no acudan al fácil recurso que “como hay la norma se debe cumplir”. Eso es robotizar a la ciudadanía.

Está bien que se ingrese a un debate de ideas sobre el uso de casco. Pero de ideas. Donde lo absurdo no tenga cabida. Y está mejor que los candidatos en un período electoral digan lo que piensan sobre el dispositivo y sobre el uso de casco. La ciudadanía ganaría mucho si los medios de comunicación ponemos en agenda temas serios que contribuya a que votemos sabiendo lo que piensan quienes nos gobernarán. El uso del casco es un buen comienzo para hacer de esta campaña una llena de conceptos y propuestas.