Lo mejor es nuestra gente. Lo mejor es ver a la gente contenta. Eso demuestra que hay chorreo y de alguna forma la inclusión social va por buen camino. Da gusto recorrer las calles de Iquitos, antes, durante y después de las fiestas de Navidad, y observar que nunca nos quitarán la alegría. La alegría de vivir, me refiero. No hablo de la familia porque desde el colegio no me creo el cuento que la familia es la célula básica de la sociedad. No me trago ese cuento.
Apreciar a niños con un regalo bajo el brazo y en brazos de sus madres es un cuadro alucinante. Porque, valgan verdades, por más comercialización de la fecha y por más fenicios que haya en torno al nacimiento de Cristo, a los niños no se los quitará la alegría de todo lo vivido. Y si esa alegría es producto de la fantasía, mejor. Porque no se concibe una infancia sin fantasía. Y, con todos sus bemoles, la fiesta fantasiosa por origen es la Navidad y uno antes de la adolescencia vive la vida loca con cierta irresponsabilidad. ¿Quién no ha deseado, acariciado y maltratado un juguete con origen cristiano? Todos, ¿verdad? Así que cuando pasa esa etapa no queda otra cosa que ver con felicidad lo que otros hacen.
Y no es que se deba conmover por los cuadros tiernos de padres y madres que cogen de las manos a sus hijos mientras los mozalbetes juguetean con el producto recién comprado. Y como una paradoja de este crecimiento imparable, y que nos durará por lo menos tres décadas, está la infraestructura mediocre que han alzado las autoridades en Próspero y Plaza 28 de Julio. Y uno ve esas negligencias y siente que avanzamos en todo, menos en capacidad de quienes están en los sillones para gobernarnos. Pero eso es harina de otro costal. O, mejor dicho, para otro costal.
Me quedo con ese cuadro navideño de los niños con un juguete en la Navidad. Me olvido por un instante de la inseguridad ciudadana que nos carcome, de la huachafería instalada en las mentes de las autoridades, de la precariedad con que se transita por la calles de esta ciudad que avanza, del estilo rudimentario con que nuestros paisanos se trasladan de un lugar a otro. Me olvido de todo esto. Y ya espero que el próximo año la Navidad sea mejor que este. Como debe ser. Y esas caritas felices se multipliquen, como decía Bolívar: “como se multiplica mi sombra cuando el sol declina”.
Eso dijo el líder del Altiplano, José Choquehuanca de Simón Bolivar antes que fundara el colegio San Carlos en Puno. Salvo mejor parecer.
Lo mejor es nuestra gente. Lo mejor es ver a la gente contenta. Eso demuestra que hay chorreo y de alguna forma la inclusión social va por buen camino. Da gusto recorrer las calles de Iquitos, antes, durante y después de las fiestas de Navidad, …, NADA AMIGO VA POR MAL CAMINO, NO SOLUCIONAN NADA, CADA VEZ MAS HAY GENTE INCULTA Y MAL EDUCADA, TU OPINAS BIEN DE LO MALO, PORQUE DE ESA MANERA TIENES MAS PLATITA EN TU BOLSILLO, ESO ES ESTAR SIEMPRE DETRAS DE LOS MEDIOCRES Y OPINAR BIEN DE LA MEDIOCRIDAD.
ME PARECE QUE LOS VIAJES AL EXTRANJERO YA TE ABRIÓ LOS OJOS DE VER EN OTROS PAÍSES LO AVANZADO EN CULTURA Y EDUCACIÓN QUE ESTAN, CUANDO TU TAMBIÉN ERAS Y ERES PARTE TAMBIEN DE LAS MEDIOCRIDADES QUE HAY EN IQUITOS, ES DECIRTE COMO SE DICE A LOS UNIVERSITARIOS, » ABRAS PASADO POR LA UNIVERSIDAD, PERO LA UNIVERSIDAD NO PASÓ POR TÍ » SIEMPRE SERAS PETULANTE Y SOBERBIO DE BAJA RALA. ADONDE TE VAYAS SIEMPRE SERAS MEDIOCRE Y ESTARÁS SIEMPRE DETRÁS DE LOS MEDIOCRES. NO VES QUE YA TIENES UN POQUITO DE DINERO EN TU BOLSICHITO Y YA TE SIENTES DIOS.
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