Solo para limitarnos a la Alcadía de Maynas hay que recordar que los dos primeros alcaldes que ganaron las elecciones en 1980 y 1983 fueron Luis Armando Lozano Lozano y Rony Valera Suárez. Uno de Acción Popular y el otro del Apra.
El electorado debería castigar a los candidatos que en cada elección buscan un sponsor. Pues una de las variables por las que la política está tan venida a menos es que los personajes que quieren llegar a un cargo mediante las elecciones no tienen ningún reparo en aliarse con el que sea con el objetivo de lograr sus propósitos.
Es tan dañino un político sin partido ni agrupación como uno candidato que forma una agrupación con el único propósito de negociar alianzas para lograr un cupo en la lista regional, provincial o distrital. Es verdad que aparecen cada cierto tiempo y en cada elección. Y lo hacen desde que se implantó el sistema electoral. Claro que por estos días se evidencia con mayor claridad porque desde que en 1980 retornamos a la democracia ya hemos visto de todo.
Y no es exclusividad de un determinado partido o una determinada ideología. Solo para limitarnos a la Alcadía de Maynas hay que recordar que los dos primeros alcaldes que ganaron las elecciones en 1980 y 1983 fueron Luis Armando Lozano Lozano y Rony Valera Suárez. Uno de Acción Popular y el otro del Apra. Ambos, cuando en sus partidos les negaron la posibilidad de postular a la reelección no tuvieron mejor idea que formar un movimiento independiente y fracasaron estrepitosamente. Lozano Lozano con Avanzada Democrática del Pueblo y Valera Suárez con Loreto Libre. Hoy esos grupos han desaparecido del escenario político porque, fundamentalmente, se crearon por motivos personales y los fundadores creyeron –equivocadamente- que podían continuar individualmente.
Y eso sucedía en la década del 80. Hoy, treinta años después, continúa esa mala manera de hacer política. Pues lo primero que deberían aprender los líderes o quienes pretenden gobernar es a respetar la democracia interna de los movimientos o partidos. Es decir, someterse a la votación de los militantes o simpatizantes para luego tentar un triunfo fuera. Sería una manera de evitar que haya tanto improvisado y, por ende, tanto golondrina en la política regional. Quien haya hecho un trabajo interno cumpliría con el requisito para ser candidato. Los partidos y movimientos independientes tendrían que crear ese filtro para evitar la aparición de aquellos que creen que son los elegidos para ser candidatos. Desde ahí ya empiezan mal. Porque nada pero para una sociedad que algunos se crean los enviados para solucionar los problemas. Ojalá que en octubre no haya muchos candidatos golondrinas y los que postulen reciban el rechazo de los electores como en su momento los votantes no dieron el respaldo necesario a don Luis Armando Lozano Lozano y Rony Valera Suárez, que siendo de partidos diferentes tuvieron el denominador común de intentar convertirse en independientes.