Los procesos de transición son momentos determinados de los países que dejan un pasado dictatorial o autoritario para empezar un recorrido dentro de los márgenes de la democracia y el imperio de la ley. Esto se ha producido en Europa meridional (España, Grecia y Portugal), en la Europa del Este (Milan Kundera muestra la memoria histórica de esos días de dictadura socialista en Checoslovaquia con mucha ironía), América del Sur y en los países africanos, así en apretada síntesis, sin olvidarnos de Vietnam, Camboya o en Oceanía como en Timor del Este. Dentro de estos mecanismos que se implementan en estos períodos de justicia de transición tenemos: el derecho de la justicia, el derecho a la verdad, un programa de reparaciones e implementar las garantías de no repetición. El derecho a la justicia es cuando la administración de justicia juzga a los responsables de estas violaciones de derechos humanos (algo de eso se está haciendo en Perú a marchas forzadas y lentitud). Pero también el modelo que se diseña es a través de Cortes de Justicia ad hoc como el caso de la Antigua Yugoslavia o Sierra Leona, recientemente en Irak. El derecho a la verdad es conocer lo ocurrido a través de Comisiones de la Verdad aunque no sólo por ellas. El otro frente es el de las reparaciones de las víctimas que son las más difíciles de implementar de parte de los gobiernos porque estos son renuentes – tocan aspectos de Presupuesto. Y finalmente, están las garantías de no repetición que por lo general implican reformas institucionales y legislativas para modificar las reglas de juega del anterior régimen dictatorial o autoritario. Así a vuelo de zopilote como me decía un amigo mexicano, están pergeñados estos mecanismos. Lo interesante resulta como estos operan en la realidad. Es un duro reto que todavía queda.
En el Perú, se hizo intentos de una reconciliación nacional con el informe de la comisión de la verdad, digo intentos porque los gobiernos de Garcia y Humala practicamente tiraron al tacho este informe.
La derecha mas rancia y conservadora encabezada por el cardenal Cipriani (opus dei) saltaron a la yugular de cualquiera que prentendió por ejemplo responsabilizar tambien a los miembros de las FFAA de las consecuencias de la epoca del terrorismo. Es decir no hay una voluntad politica de una reconciliacion verdadera porque cuando se acusa a las FFAA dicen que le estan dando razón a los senderistas. El recuerdo de esa epoca todavia no cierra las heridas de mucha gente. Un pais dividido y sin justicia no llega a buen puerto.
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