ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
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Una información sobre el funcionamiento de un acuario en el distrito limeño de Comas donde paiches y pescados amazónicos son apreciados por visitantes y el deslizamiento de la posibilidad que en Iquitos, llamada la capital de la Amazonía peruana, se instale uno similar nos ha topado con una triste realidad: somos la ciudad de las obras inconclusas y de los proyectos no terminados. Son más que elefantes blancos y su enumeración podrían formar parte de una antología.
Luis Campos Baca, varias veces presidente de IIAP, ha dicho que en dos oportunidades ha intentado impulsar un acuario y faltó entendimiento, decisión política y de inversión. Salomón Abensur Díaz, regidor y alcalde la Municipalidad Provincial de Maynas, ha referido que el Plan Copesco, ya tenía aprobado el proyecto de mejoramiento del boulevard de Iquitos y que, luego de su gestión, “estaba para la firma de Charles, no les gustó” y desde esa fecha se encuentra modificándose y no hay cuando se termina para comenzar su ejecución. La lista puede seguir. De ideas que quedan solo en ellas y de proyectos ya terminados que no son usados para los fines que fueron construidos.
El llamado puerto turístico “El huequito” se terminó en los primeros meses de la gestión de Fernando Meléndez y no puede utilizarse porque tiene fallas de origen. Se ha pagado 8 millones de soles en total, cinco en el gobierno de Iván Vásquez Valera y tres en el de Meléndez. Esa obra sigue ahí. Sin servir a nadie. ¿Alguien se preocupa por su funcionamiento? Las casetas de seguridad que se han instalado en varios puntos de Iquitos y que fueron construidos durante los últimos años de la primera gestión de la alcaldesa Adela Jiménez, ni siquiera en su segundo período fueron utilizados para los fines construidos. Hace unos días un informe de Contraloría de Loreto ha evidenciado el perjuicio que ello representa y los cerca de un millón de soles usados en su construcción se han ido, literalmente, al agua. Están abandonados en una ciudad que tiene en la seguridad ciudadana un problema por resolver.
Lo del mejoramiento del boulevard de Iquitos es triste y lamentable. Pero grafica nuestra realidad. El perfil, con una inversión mínima de menos de 100 mil soles, ha sido elaborado por la Municipalidad Provincial de Maynas. Se elevó a Lima y han los técnicos del Plan Copesco que elaboraron el proyecto. El costo de dar una vista maravillosa a esa parte de Iquitos está estimado en 50 millones de soles. Los fondos son de Copesco, es decir no se va utilizar recursos de Maynas. Pero, como es lógico, se ha pedido que la entidad edil ya en los últimos años de la gestión de Adela Jimenez, retire a quienes ocupan ilegalmente lo que se ha dado en llamar “Pueblo Joven Puerto Salavarry”. Mientras no se retire a esos pobladores, no se podrá hacer nada. Claro, los pobladores no quieren salir. Por lo tanto, este proyecto es muy difícil que se ejecute. Tratando de saltar el obstáculo puesto la MPM ha enviado el perfil al Gobierno Regional de Loreto para que elabore un nuevo proyecto y sea la entidad regional quien destine los fondos que tiene del “Fideicomiso” para su ejecución. Podrá licitarse esa obra y entregarse -como ya se ha hecho en otras oportunidades- la buena pro y el adelanto del dinero. ¿Pero alguien puede asegurar que nuestra generación y las que vengan después apreciarán un boulevard como se planea?
Lo que describe el expresidente de la Cámara de Comercio de Loreto, Tato Barcia, en un artículo que publicamos en esta misma edición sobre el puente Nanay es la continuación de esa lista de proyectos y obras que son peor que “elefantes blancos”. Sería el puente más largo del país, pero terminará siendo el de más larga duración en su ya cantada paralización de construcción. Presupuestada inicialmente en 584 millones de soles, ya va por los 648 millones y su avance es un atraso. En el contrato inicial el compromiso era que se concluya este fin de año 2019 y, ya se ve, eso es imposible. Con el añadido que es ejecutada por un consorcio, cuyas empresas forman “El club de la construcción”.
Se podrá decir que eso sucede en todo el mundo. Se podrá indicar que en Pisco está instalado en aeropuerto que solo ha recibido ocho pasajeros en el último año. Se podrá decir que en España se construyó el aeropuerto de Ciudad real con más mil millones de inversión y que carece de pasajeros que lo usen. Todo ello se podrá decir con total veracidad. Pero ya es tiempo de acabar con los elefantes blancos que, además, sabemos que esos animalitos no habitan la selva peruana, aunque abundan en las calles de Iquitos.