Mientras el congresista Mauricio Mulder Bedoya informaba a la prensa que los parlamentarios apristas votarían por la aprobación de la Unión Civil entre personas del mismo sexo porque se trataba de una cuestión de conciencia y admitía lo que todos hemos escuchado desde niños. Es decir, que en el Partido del Pueblo, hay varios que de lejos parecen y de cerca son. Es decir, son homosexuales. Decía que mientras eso sucedía en los Pasos Perdidos del Parlmento en otro ambiente el militante Miguel del Castillo entregaba más de siete mil firmas de aprista que se oponen a la aprobación de esta ley. Entre los firmantes estaban el exPremier Jorge del Castillo, quien junto con su hijo y varios integrantes de su familia, pertenecen a una iglesia protestante. Una posición de la bancada aprista que se contrapone por lo menos con esos firmantes que, en su mayoría, son de base.
Mientras varios dirigentes del Partido Nacionalista Peruano no olvidan que la entonces candidata presidencial Susana Villarán viajó hasta Madre Mía con un ramo de flores para orar por los caídos en esa zona y pedía que la ley sea implacable con el también candidato presidencial Ollanta Humala, algunos personajes cercanos a la alcaldesa de Lima Metropolitana realizaban esfuerzos impublicables para que la cúpula nacionalista anunciara que ese grupo apoyaba la reelección de la autoridad edil. Como no se logró ese cometido los dirigentes de lo que queda de Fuerza Social anunciaron que algunas bases del Partido Nacionalista Peruano apoyan la reelección.
Ambos hechos han motivado que me pregunte: ¿y quiénes son las bases? ¿Cómo consultan a las bases de un determinado partido los dirigentes de una agrupación y hasta los que no son dirigentes? ¿Puede un dirigente de una agrupación hablar en nombre de las bases de otro partido? ¿Cuán alejadas están las cúpulas de lo que piensan, creen y sienten las bases? Y así podríamos seguir con interrogantes que no nos conducirían a nada y, eso sí, demostrarían por qué los partidos están en crisis. Las bases –como siempre- son utilizadas por los políticos. Aquello de “no sé si seré candidato aunque las bases me piden que lo sea” parece que ha pasado a mejor vida. Hoy hay otra forma de utilizarlas.
Para no perdernos en el ámbito nacional y mencionar los males de las agrupaciones locales va estas apreciaciones a manera de preguntas: ¿el profesor Elisbán Ochoa ha consultado a las bases para colocar como candidato a la principal alcaldía de la región Loreto a Manuel Noriega, primero, después a Dante Perea Mori y hace pocos día a Jc Del Águila Cárdenas y vaya uno a saber si no pondrán a otro tránsfuga de esos que abundan en el prostíbulo de la política? ¿El mismo Elisbán Ochoa ha consultado a las bases para convertirse en candidato regional? ¿Fuerza Loretana ha consultado a las bases para defenestrar a Juan Carlos Gálvez Mondragón de la postulación a la alcaldía de San Juan y colocar en su reemplazo a Yoli Vigil? ¿Gerson Lecca ha pedido permiso a las bases de FL en belén para aliarse a quien era hasta anteayer su contrincante, es decir Raúl Llerena? Bases, bases, ¿cuántas barbaridades se cometen en tu nombre?