Efectivos policiales en el desalojo

Fuego, bombas, ladrillos, molotov, detenido, correrías. Luego los invasores volvieron a ocupar los terrenos. Los propietarios dicen que se repetirá el desalojo.

Desde muy temprano del viernes 23 de noviembre los pobladores de la zona de Versalles, la parte de abajo, esperaban la intervención policial. Pero los que ocupaban el terreno de la familia Del Cuadro estaban preocupados y nerviosos porque días antes ya se habían enterado que el desalojo se produciría de todas maneras.

Antes de las 10 de la mañana un fuerte contingente policial comenzó a dirigirse a los terrenos de la familia Del Cuadro para proceder al desalojo.

Bombas lacrimógenas, intercambio de palabras, fuego, disparos de perdigones y unas familias desesperadas que incentivadas por terceros invadieron la propiedad privada y por eso el Poder Judicial ordenó el desalojo.

El operativo se dio inicio cuando un policía lanzó una bomba lacrimógena y las personas contratadas por el propietario del terreno ingresaron al predio y comenzaron la destrucción de las viviendas. Se pensaba que los invasores estaban en las precarias viviendas que construyeron. Pero todos huyeron cuando escucharon las bombas y sintieron el humo lanzado por la policía.

El abogado de la familia Del Cuadro, Alan Rengifo Vela, justificó la acción de fuerza y la destrucción de la vivienda de los invasores porque se tenía que respetar el principio de autoridad.

Mientras la policía avanzaba, los que defendían el terreno de la familia Del Cuadro hacían su trabajo. Los pobladores estaban desesperados. No era para menos, pues en pocos minutos todo lo consumía el fuego.

La desesperación era generalizada, porque lo poco que habían construido estaba destruyéndose. Una mujer desesperada tenía una moto dentro de la vivienda y su furia era incontenible.

Mientras tanto los invasores defendían el terreno que no les pertenece. Los efectivos policiales no se decidían a avanzar, piedras que se lanzaban, gritos que se escuchaban desde el lado de los usurpadores.

Cuando los policías avanzaron, ya no pararon, en medio de gases y bombas se produjo una pequeña gresca que tuvo como saldo un detenido, un hombre que negó ser defensor de los invasores.

Pero la policía hace su trabajo y muchas veces tiene que enfrentarse a los pobladores. Pro & Contra logró la versión de uno de los oficiales que estaba a cargo del operativo, quien admitió que se neutralizó a uno de los invasores que fue detenido y enmarrocado pero al ver que se producía heridas se le tuvo que sacar. El detenido en todo momento negó cualquier participación en la agresión a los policías y llegó a decir que era “guardián del señor Vergara” y que fue el mencionado señor quien le pidió que enviara fotos del desalojo.

Así fue este desalojo, se destruyó viviendas, se detuvo a una persona. Bombas, humo, disparos, fuego y todos los ingredientes necesarios. Después de este desalojo seguro los invasores volverán a posesionarse y reconstruir todo lo destrozado. Pero hay que proteger la propiedad privada y decir a los traficantes de terrenos y abogados que los apoyan que no se puede propiciar invasiones poniendo en riesgo la vida de las personas.