Los artesanos del Centro Anaconda, en la zona baja del bulevar de Iquitos, siguen luchando por mantener sus puestos de venta y sus productos tradicionales frente a la falta de apoyo de las autoridades locales y regionales. A pesar de que este centro representa un punto importante para el turismo y la promoción de la cultura, los artesanos aseguran que no reciben ningún respaldo económico ni en términos de infraestructura, lo que dificulta su labor diaria.
El centro, que alberga artesanías elaboradas con materiales como palo sangre, balsa y chambira, ha sufrido por años la desatención de las autoridades. Según los propios artesanos, las condiciones del lugar se han deteriorado, y aunque han solicitado apoyo a nivel municipal y regional, sus peticiones han sido desestimadas. Muchos artesanos, que sobreviven vendiendo productos como adornos y recuerdos, se han visto obligados a destinar sus propios recursos para mejorar sus espacios de venta, sin contar con ayuda externa.
La falta de promoción adecuada y de inversión en el sector artesanal también ha afectado las ventas. Aunque los productos tienen una buena demanda entre los turistas, los artesanos aseguran que la falta de campañas efectivas y de apoyo institucional para mejorar la infraestructura limita su potencial. Con más de 20 años de presencia en la ciudad, el Centro Anaconda sigue siendo un espacio fundamental para la cultura local, pero su futuro depende de un cambio en la actitud de las autoridades hacia este sector.
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