[Conozca cómo se hacen los techos de palma de las malocas amazónicas, capaces de soportar hasta los más fuertes diluvios].
Los techos no son tan difíciles de hacer. Al menos para Miguel, un voluntario de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana en Loreto y, a la vez, devoto ferviente de la protección del medioambiente.
Fuertes como una plancha de calamina. Así son las crisnejas terminadas. Hechas con paciencia y minuciosidad, cada una tiene alrededor de 125 huesitos de oro, las hojas que conforman cada plancha.
Gunther Félix / Revista Rumbos – larepublica.pe
¿Un clima más caprichoso e inquieto que el de la selva de Iquitos? Difícil. Aquí, en el bosque loretano, se pasa del calor insensato, a la lluvia tenue, pero maratónica, o a la tormenta con ansias de diluvio, que llega acompañada de rayos y relámpagos. En cualquiera de esas circunstancias, es perentorio buscar un techo o alero para encontrar sombra o protegerse del aguacero.
Ya a buen recaudo, dele una miradita al techo salvador, entonces, se dará cuenta que está hecho con crisnejas de hojas de palmeras, las cuales son trenzadas a mano. Esta es una de las características de la arquitectura amazónica.
Los techos no son tan difíciles de hacer. Al menos para Miguel, un voluntario de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana en Loreto y, a la vez, devoto ferviente de la protección del medioambiente. Por eso, al igual que los otros voluntarios que cuidan el área, tejen decenas de planchas de irapay (palmera), para ganarse un dinerito.
Este teijido es una técnica común en la amazonía peruana, donde las malocas (casa comunitaria ancestral), son cubiertas con estos techos impermeables elaboradas a mano.
Fuertes como una plancha de calamina. Así son las crisnejas terminadas. Hechas con paciencia y minuciosidad, cada una tiene alrededor de 125 huesitos de oro, las hojas que conforman cada plancha. Dependiendo de la calidad del tejido, pueden durar hasta ocho años, resistiendo lluvias y tempestades.
Eso sí, para lograr ese resultado es importante se utilicen hojas frescas en el tejido. Después es cuestión de esperar hasta que seque, entonces, solo entonces, podrá ser colocada en las malocas o en los techos de los peque peque (las embarcaciones que navegan en los ríos amazónicos). Otra razón para explorar la selva de Iquitos, con su clima caprichoso e inquieto.
Los datos
Los trabajos de tejido de hojas de irapay son parte de un proyecto del Instituto de Investigaciones de la Amazonia Peruana (IIAP).
Cinco soles es el valor de cada planta.