Lo que son las cosas. Total tanto ruido no era amor al cerdo sino a los sabrosos chicharrones. Don Manuel Coronado, en sus luchas, sus proclamas, ocultaba una cosa. Ocultaba que soñaba con ser congresista. Nada más ni nada menos. En sus combativos años no dejaba de soñar con su escaño y con su elevado sueldo. Viva entonces la lucha sindical.