Amazonía, un mundo por aprender

Esta semana, estuvimos participando en un conversatorio realizado en la Feria Internacional del Libro de Lima, titulado “Amazonía, un mundo por aprender”. Un foro sobre lo amazónico, problemas y posibilidades, enfocado en el terreno cultural y artístico pero también abierto a otros aspectos de análisis.

En la mesa estuvieron, aparte de quien estas líneas escribe, Gino Ceccarelli, destacado artista plástico, amazónico, quien además, ha logrado nuevamente encandilar a la crítica y el público con su reciente exposición individual, titulada Relatos de amor y seducción de runamulas y chullachaquis.

Además, como no podía faltar de otra manera, estuvo presente Percy Vílchez Vela, poeta y cronista y gestor cultural muy conocido; así como Dorian Fernández, cineasta, quien acaba de lanzar su película Cementerio General con sumo éxito de taquilla, pues en una semana se ha logrado colocar casi 400 mil espectadores en todo el Perú, convirtiéndose en líder indiscutible, superando a una película como Wolverine, rompiendo records como la película más taquillera de terror en toda la historia de estrenos en el Perú.

En el conversatorio se habló del rol del Estado como promotor de la imagen de la Amazonía, además la indiferencia con que el Perú real ha visto los aspectos históricos de esta parte del país, así como los esfuerzos específicos de artistas y colectivos culturales para sacar adelante una suerte de explosión cultural, vinculado con la mirada hacia dentro, a lo sagrado y originario y también hacia la modernidad, más bien influenciada por la globalización.

El Estado ha intentado en este tiempo trabajar una promoción y difusión de lo amazónico, pero a veces es insuficiente, con omisiones estructurales. Hay un problema real para articular políticas culturales concretas, las cuales al final quedan más bien como emprendimientos individuales o colectivos, con algún tipo de apoyo, mayormente privado pero esporádico y no permanente.

La necesidad de políticas concretas, voluntad y apoyo son fundamentales, pero debe plantearse como posibilidad, no como carga, sino como inversión. En este aspecto es muy importante el papel de los gobiernos regionales y locales, que a veces pierden de vista que ellos también son parte del problema y pueden ser parte activa de la solución integral.

Lo amazónico está íntimamente ligado a las raíces, una riqueza cultural impactante e impresionante que se nutre de las cosmovisiones, del conocimiento del pasado, de su revaloración y de su proyección como una herencia muy rica que también debe ser aprovechada con responsabilidad y buen juicio. Para difundir y promover, primero hay que conocer y esto es importante a través de la educación y la pedagogía. La educación es fundamental, pero debe ser impartida de acuerdo a las realidades, que se afiancen y sean además lo más amplias y convocantes posible.

Hablar de cultura es también hablar de lo real, de lo cotidiano, de una realidad que a veces puede ser asfixiante pero también esperanzadora. Es necesario  encontrar canales adecuados, tratar temas como la exclusión, la violencia, el abandono, las inequidades de la política o el reto de encontrar un camino común hacia el desarrollo. Siento que discutir sobre la historia es también ver los errores del pasado para no cometerlos en la actualidad, sobre todo en un contexto tan difícil y convulso.

Este es nuestro reto y esta nuestra meta: que el largo camino por aprender Amazonía, para los amazónicos y los que no lo son, sea cada vez más real, cierto y promisorio.